sábado, marzo 18, 2006

La vida lúdica de las palabras


La imaginación al poder, ¡sí señoras! Mi más ferviente (y nunca mejor dicho) ¡ENHORABUENA!
Y no digo más, porque luego se me entiende todo.
Si te apetece averiguar qué se esconde tras esta efusiva felicitación, pincha sobre este enlace y ya me contarás (si quieres):
(Lo realmente interesante está al final de la página)

miércoles, marzo 15, 2006

La vida mágica de las palabras


EL MAESTRO
Los alumnos del sexto grado, en una escuela de Montevideo, habían organizado un concurso de novelas.Todos participaron.Los jurados éramos tres. El maestro Oscar, puños raídos, sueldo de fakir, más una alumna, representante de los autores, y yo.En la ceremonia de la premiación, se prohibió la entrada de los padres (tampoco se permitió entrar a las madres, imagino) y demás adultos. Los jurados dimos lectura al acta, que destacaba los méritos de cada uno de los trabajos. El concurso fue ganado por todos, y para cada premiado hubo una ovación, una lluvia de serpentinas y una medallita donada por el joyero del barrio.
Después, el maestro Oscar me dijo:
-Nos sentimos tan unidos, que me dan ganas de dejarlos a todos repetidores.
Y una de las alumnas, que habían venido a la capital desde un pueblo perdido en el campo, se quedó charlando conmigo. Me dijo que ella, antes, no hablaba ni una palabra, y riendo me explicó que el problema era que ahora no se podía callar. Y me dijo que ella quería al maestro, lo quería muuuuuuuucho, porque él le había enseñado a perder el miedo de equivocarse.
Eduardo Galeano Bocas del tiempo. Ediciones del Chanchito, 2004
 
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