jueves, enero 04, 2007

Noche mágica


Este año no voy a pedirles nada a SS MM los RR Magos de Oriente. No porque no haya nada que me apetezca, que sí, que lo hay, pero como estoy convencida de que si no me llega es porque no es el momento, seguiré esperando pacientemente a que la Vida decida sorprenderme.
Lo que sí quiero hacer este año es darles las gracias por todos los regalos que me han hecho desde que tengo uso de razón. Por aquella cocinita que me trajeron, cuando tenía seis años, y que aún conservo; por el súper-mercado de los ocho; por la bicicleta de los trece, por el tocadiscos de los quince; por el teclado y el ratón inalámbricos de hace seis años, y que aún funcionan como el primer día; por el palo de golf de hace tres, con el que he dado algunos de mis mejores golpes...
Por mi familia; por mis amistades; por Bilbo y Tiza. Porque tengo un trabajo que me gusta y una profesión que me apasiona. Porque abro el grifo y sale agua; porque puedo darme una ducha cuando me apetece; porque aprieto un botón y tengo luz; porque abro la nevera y puedo saciar mi hambre y mi sed; porque lavo la ropa en una lavadora; porque llego a casa, en invierno con el frío metido en los huesos, y está calentita; porque tengo un coche que me lleva donde quiero. Porque estoy razonablemente sana. Porque conservo la capacidad de disfrutar y sorprenderme.
Y, sobre todo, porque me he despertado esta mañana.
A quien corresponda. Gracias.
 
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