lunes, abril 23, 2007

La vida mágica de las palabras


Xagó, 22 de abril de 2007
Siempre había sospechado (no me preguntéis por qué, intuitiva que es una) que la Red me llevaba un tiempo tremebundo. Durante una temporada, consciente de que dos pantallas eran demasiado, sustituí la de la tele por ésta, por aquello de compensar. Sin embargo, últimamente, sobre todo desde que estoy enganchada al Mundo Blog y a unas cuantas series televisivas, que grabo y veo cuando puedo, no doy abasto.
Y luego me extraño de que un periódico me dure dos días (y eso que leo cuando salgo con los perros, por la mañana y al medio día), y le echo la culpa al trabajo de que no he podido leer nada más que una novela desde Navidad. Pero bueno, vamos a ver, cómo voy a leer si tengo DOS pantallas, DOS, instaladas en mi vida; si llego a la cama con los ojos como un besugo y el cuerpo en forma de cuatro...
Por eso me alegré tanto de quedarme sin Internet este fin de semana, porque como soy de moral más bien frágil y quebradiza y, a mayores no tengo voluntad, mejor no tener la oportunidad, por lo menos en mis actuales circunstancias.
Bueno, pues no sabéis la de cosas que he hecho. Entre ellas, cómo no, inaugurar la temporada de caminatas por Xagó; terminar Brooklyn Follies, y empezar La Noche del Oráculo (por segunda vez); organizar mi casa, y ordenar mis armarios; dormir la siesta, y hasta desplazarme a Fuente De, el sábado, para disfrutar del espectáculo que montó La Fura dels Baus con motivo del Año Jubilar Lebaniego.
Mentiría si dijera que no eché de menos los paseos por mis blogs favoritos, pero, desde aquí lo digo, hay momentos en los que hay que elegir. Y este finde tocó lo que tocó, y bien contenta que estoy con los resultados.
 
Free counter and web stats