sábado, febrero 27, 2010

La vida equívoca de las críticas cinematográficas

Hacía muchos viernes que no compraba El País. En realidad, llevaba sin comprarlo desde que sus responsables tuvieron a bien regalarnos aquella primera estúpida portada, del primer EPS del año, en la que se veía a Natalia Verbeke semidesnuda en una cama, en ese tipo de actitud que tanto gusta al género masculino. Portada que, a mayores, compensaron (para que no nos quejemos) con una contraportada del diario en la que aparecía el torso desnudo de un muchacho anunciando no sé qué colonia.
Que ya está una harta, oiga.
Pero ayer, lo compré (el libro que estoy leyendo es demasiado gordo para manejarlo en la calle, mientras paseo con mi par de almas peludas) y, cómo no, me dirigí a la sección de las críticas de cine.
Ataco, con fruición, la que nos ofrece Javier Ocaña de An education, que titula La universidad de la vida. El primer párrafo me atrapa. Es más, me emociona. Don Ocaña me ha dado en todo el ojo; veo reflejadas en sus palabras mis propias ideas sobre el tema: [...] "Se nos va el tiempo en palabrería disfrazada de terminología técnica, en subterfugios conceptuales..., en inamovibles programaciones. Y se olvida la base: la motivación".

Cuando llego al momento en el que califica a Lone Scherfig como “una narradora poderosa” y, a mayores, no sólo no desguaza a la novelista Lynn Barber, en cuya biografía se basa la historia, si no que la pone por las nubes, ya, NODO y crédito, y hasta decido que voy a convencer a la mi M para que vayamos a verla, la echen donde la echen (Oviedo o Gijón, porque en Avilés ya sé yo que no va a ser).
Pero, ¡oh, pero! Llego al último párrafo y el castillo de naipes que había ido construyendo se me cae sin necesidad de ciclogénesis alguna.
¿Cómo he podido ser TAN ingenua? ¿Cómo he podido creerme que ESE hombre podía apreciar el trabajo de, no una, sino DOS mujeres, así, por las buenas?
Adiós a su certera visión de la educación; adiós a sus loas sobre la novelista y la directora; adiós a su apoyo sobre la forma en la que la pelçicula trata el papel de la mujer en el hogar,y fuera de él. Adiós, arrivederci, adieu, good bye Lenin, sayonara beibi:
[…] "An education puede desconcertar a una parte del público por las veladas intenciones de esa especie de pigmalión que dobla la edad a la joven, y que acaba ejerciendo de mentor, compañero, amante, hermano mayor y profesor de la existencia".
¿Así que era eso, eh? ¡Cagun mi máquina!
Hace poco, un querido amigo me dijo que encontraba mis reflexiones sobre este tema del machismo pelín neuróticas, que mi razón producía monstruos machistas, que mejor me lo hacía mirar.
Será eso, oyes, será eso.
Fuimos a ver Precious. Y me enamoré de Miss Rain (que no de Paula Patton). Y deseé, por un momento, que al llegar a casa alguien me recibiera de la misma manera que la reciben a ella; que alguien me apoyara, como la apoyan a ella; que alguien me mirara como la miran a ella; que...
Sobre el resto de las sensaciones y emociones que me produjo la película no voy a hacer declaraciones.
 
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