jueves, abril 26, 2012

La vida desoladora de la realidad escolar y una presentación obligada


Esta mañana di una charla-taller para las madres (los padres también estaban invitados, pero no asistieron) del AMPA de un colegio de mi localidad, con motivo de la Semana Cultural que hacen coincidir con el Día del Libro.
Por aquello de que una es lo que es, y estábamos en lo que estábamos, elegí, como tema, "Las mujeres en la Literatura.

Para empezar el taller, les pedí que recordaran su primera experiencia como lectoras, aquella que tuvieran más vívida en la memoria, y que intentaran revivir las sensaciones que habían tenido entonces y las expresaran en un par de palabras.

Cosa curiosa, todas las que se decidieron a compartir su experiencia con el grupo, nos contaron lo que habían sentido cuando aprendieron a leer. Todas, menos dos.
—La mía no es una experiencia bonita —dijo una de ellas. Me acuerdo, como si fuera ahora, de que, cuando estaba en 4º de EGB, nos obligaron  a leer “El Principito”. No entendí nada. Por más que lo leía, y mira que lo leí veces, no entendía nada de nada. No pude hacer la ficha que me pidió la maestra, ni resumirlo, ni decir lo que más me había gustado, porque no lo entendía. Lo pasé tan mal, que odié el libro y dejé de leer.
—Hace poco —continuó—, fui a una librería con mi hija y lo vi allí. Habían hecho un libro de dibujos. Se lo compré, y lo leí. No entendí nada. Odio ese libro. Odio los dibujos.





Y hasta aquí puedo (y quiero) escribir sobre este tema. Aún tengo el corazón encogido.

Y sí, amable concurrencia, por fin, hela aquí, ella, la mi tabletina. He dado en llamarla Barbie, por aquello los complementos.















La tapina me hace juego con el sofá

Excuso deciros que estoy emocionada. Que me siento como cuando tenía siete años y SS MM los RR MM de Oriente, nos pusieron, a lamirmana y a mí, un supermercado. Con sus cajitas de madera, sus frutas diminutas, las barritas de pan, los pescadinos…, la pesa, y ¡la caja registradora!
Así es mi Barbie. Con sus apps para lo que se lo pidas, tan monas, tan chiquitinas, ellas, y tan grandes, que te las bajas y luego las tiras, o no.















La primera aplicación que me bajé fue "Star Walk", en honor a Maruja Torres
Ya os iré contando, y pidiendo consejo, of course. De momento, ando en modo pruebas. Y lo que pruebo, que diría la mi amiga Frabisa, me rechifla.

 
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