sábado, abril 10, 2010

La vida conmovedora de los fotogramas


La crítica, como siempre, dirá lo que quiera de esta película, basada en un hecho real, por cierto. De hecho, ya lo ha dicho, como pude comprobar ayer, cuando llegué del cine y me lancé, cual posesa, a la Internet a leer todo lo que pude sobre ella.
Lo que yo digo es que la única pena que tengo es no haber podido averiguar, aún, quién toca ESE violín.
Y luego, ya, para quienes penséis lo que estáis pensando: pues sí, oyes, SÍÍÍÍÍÍ.
(Si no váis a ver la peli, habéis de ver el trailer y me decís. Mejor la peli, of course, beibis)
PD: Mientras escribo este post escucho la versión del Concierto para violín y orquesta en Re mayor, op. 35, de Tchaikovsky que grabó, en 1977, la Filarmónica de Berlín, bajo la dirección de Ferdinand Leitner y David Oistrach al violín. Sí, en vinilo.
PD2: Calvin, fía, mira a ver si vas a ver la peli y averiguas quién toca el violín. En su defecto, cualquier versión que se aproxime a la de la peli, estará bien.
 
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