
(Música recomendada para la lectura de este post: Cyndi Lauper, Girls just want to have fun)
Ayer, una compañera, educadora social municipal, por más señas, en medio de una reunión, me preguntó airada que qué era eso de la perspectiva de género. Que estaba harta de que si la coeducación, que si el lenguaje sexista, que si... Tiene veinticinco, la muchacha. Y es educadora social municipal.
Y por la noche voy al cine. Entre mujeres fue nuestra única opción. No quiero ser cruel, la peli se deja ver. Es ¿agradable?, ¿inocua?, ¿amable?, ¿con pretensiones?, ¿voy a ver si me sale como a papá en Gran Cañón, pero en Michigan, sin existencialismos inútiles?
Bueno, el caso es que (ojo, que destripo) al veinteañero protagonista, escritor de porno blando, lo abandona la suya (Elena Anaya), un bellezón, actriz, modelo, inestable, desorientada, egoísta y pelín borracha. Para olvidarla, se va a cuidar a su abuela (Olimpia Dukakis) demente senil (que qué otra cosa puede ser una mujer a su edad) a los suburbios de Michigan (él es moribundo y vecino de L.A.) con la intención de, mientras protege a la su güelita de sí misma, escribir el libro que siempre quiso escribir (tiene veintiséis, el escritor de porno blando). Allí, en los suburbios, conoce a Sarah (Meg Ryan, labios nuevos, pómulos nuevos, seis costillas menos, ojos permanentemente vidriosos...), una ama de casa que a causa que su inútil y vacía existencia (si eres ama de casa, qué vida quieres tener, leches), unida al descubrimiento de que el suyo tiene un lío con otra, se fabrica un cáncer de mama. El ama de casa tiene dos hijas: una niña prodigio y una adolescente anorexica-pintora-rebelde (¡fuma!)-inteligentísima-mona, pero que muy mona (alta, melenaza rubia, delgada, ojo claro, desgarbaduca-indolente), permanentemente cabreada contra su madre, a la que responsabiliza de un oscuro episodio de abuso sexual de su colega del cole a los once años (se conoce que jugaban a médicas y enfermeros, o viceversa, y se les fue la bola), enamorada de la estrella de fútbol (americano) de su instituto que se la pega con otra, pero que menos mal que el amigo íntimo del futbolista, que es un muchacho adorable-sensato-responsable, está secretamente enamorado de ella, aunque ella no puede por más que enamorarse del veinteañero escritor de porno blando, igual que mamá.
Y hasta aquí puedo leer.
El próximo día que vea a mi compa educadora social municipal le voy a recomendar esta peli, y luego haremos un cine forum.