miércoles, mayo 28, 2008

La vida mágica de los atardeceres


(Xagó, fondo norte)

Mira que suelo llevar la camaruca encima por si las moscas. Mira que ayer, cuando salía de casa, dudé si cogerla o no. Bueno, pues lo que sí cogí fue el paraguas. Paraguas que, gracias a la tregua que nos proporcionaron los cielos, dejamos en el coche. Al llegar a Xagó, M., que es oriunda de la Meseta, pero lleva viviendo la mitad de su vida en Asturias, contempló el panorama y dijo: No parece (que vaya a llover). Efectivamente, ayer nos ahorramos la mojadura. No así el jueves pasado, que hicimos la playa enterita del bracete, debajo del paraguas y cuando llegamos a casa tuvimos que cambiarnos hasta la ropa interior (por no decir las bragas, que no sé por qué suena tan ordinario).
A lo que iba. Que me dejé la cámara y tuve que usar la del móvil para capturar la imagen que nos regaló el atardecer, a eso de las diez menos cuarto, (pi em).
 
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