miércoles, enero 13, 2010

La vida gratificante de las actividades profesionales

Tengo que lo decir, aquí, a la bendita pública: esta tarde, la mi Marcela y yo, sobre todo la mi Marcela, hemos triunfado. Si llamamos triunfar a dar toda la trascendencia que estaba en nuestras manos a un tema de capital importancia para nosotras.
Sí, amables lectoras, queridas amigas blogueras, hemos triunfado y, a mayores, la hemos montado. Y bien montada. Porque nos apeteció, porque nos dio la gana, porque nosotras (y vosotras, mujeres del mundo mundial) lo valemos, y, sobre todo, porque podemos.
El caso fue que esta tarde inauguramos, a bombo y platillo, dos actividades de Educación para la Igualdad (un curso, que imparte la mi Marcela, y un Seminario que coordino yo), con una conferencia de la mi Marcela: Análisis del sexismo en los materiales de aula y los medios de comunicación.
Y como el tema lo vale (como nosotras), que ya está bien, ¡leches!, de tanta invisibilidad, de tanto menosprecio, de tanta ignorancia, de tantas aviesas intenciones, de tanta minusvalorización y tanta mala educación en todo lo que atañe al mundo femenino, y de tanta violencia contra las mujeres, quisimos darle la relevancia que se merece e invitamos a las autoridades, para dar más realce, aún, al evento. Y llamamos a la prensa, para que se hiciera eco de ello.
Oyes, y vinieron, las autoridades y la prensa. No todas las autoridades, porque la Directora del Instituto Asturiano de la Mujer agarró uno de esos virus malignos que andan circulando por ahí y está postrada, la pobre, pero sí que estuvo la Alcaldesa de Avilés, a la que acompañó la Concejala de la Mujer.
(La que suscribe, junto a la Alcaldesa y la Concejala de la Mujer)
Fantástica, la Concejala. Regia, como siempre, nuestra Alcaldesa que, desde aquí lo digo, es un pedazo de persona, de mujer y de regidora. Regia, cercana, afable y, lo que también es importante, transmitiendo la importancia que tiene la educación para acabar con la lacra del sexismo brutal que azota ésta, nuestra sociedad, trasnochadamente machista y patriarcal, aún.
Y la mi Marcela dio una ponencia brillante, a la par que certera, con su gracejo, desparpajo y buen hacer habitual, que no solo arrancó carcajadas al nutrido auditorio, sino que, como es habitual en ella, abrió ojos, y mentes, y sembró la semilla de la conciencia crítica que tanta falta hace en este mundo, en general, y en nuestra profesión, en particular.
(La mi Marcela en un momento de su intervención estelar. ¿Qué digo estelar? INTERESTELAR)
Desde aquí te lo digo, Marcela mía, yes oro molido, fía. Y no tien mal que parecer.
PD: Aprovecho esta oportunidad para deciros que ésta, y otras actividades no tan gratificantes, aunque necesarias para mi trabajo, son las que me apartan de mi ventana, y de las vuestras, y que es por ello, oyes, que no me prodigo más, ni en vuetros blogs ni en el mío. Pero... la vida es así, que no la he inventado yo. Ahora bien, en cuanto tenga un ratín libre, allá voy.
 
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