
Esta noche entré por la puerta de mi casa a las seis de la mañana. No, no venía de las Urgencias de HC ni de velar al Santísimo,
FUI A UNA FIESTA DE MUJERES
Sí, así como lo leéis. Yo, Mármara, alias Ana Coreta, alias Sta. Mármara del Mar Muerto, pasé la noche bailando, bebiendo, cantando a voz en grito, rodeada de mujeres (que no se parecían demasiado a las de la foto que ilustra este post, pero que qué más da) y, a mayores, coqueteando como una perra.
Me he levantado con una resaca del quince, pero más contenta que unas castañuelas.
Hacía tres años, tres, que no iba a la fiesta de las Reinas Magas que organiza el Tamara, uno de los bares gay con más solera de ésta, mi ciudad. Y, chicas, no sabéis cómo lo disfruté.
Me reí lo que quise, y más, con el mi grupín (mi ex, única mujer con la que he convivido, su mujer, y una de mis más viejas y cómplices amigas, que es hetero, preciso), vi a gente a la que hace años que no veía, que me encantó, charlé por los codos, bebí moderada, pero sistemáticamente, un número de Tankerays con tónica que no puedo precisar, bailé como si tuviera fuego en el cuerpo, canté todas las que me sabía, coreografías incluidas, y coqueteé, ¡Santo Cristo!, cómo coqueteé. No recuerdo desde cuándo no coqueteaba de esa manera (con Ojos Verdes me doy al coqueteo intelectual, que no ye lo mismo). Ni siquiera recordaba cuánto me divertía hacerlo.
Coqueteo intrascentende, cierto, porque con una de 28, enredada en una relación tormentosa con una casada y novicia, por más señas, estudiando judicaturas (sí, efectivamente, hube de enterarme de todo lo que pude) y varias babeando a su alrededor toda la noche, ya me contaréis, pero coqueteo al fin y al cabo.
Sí, sí, ella también puso su granito de arena, no fue unilateral, y si no me arriesgué a dar una vuelta de tuerca más al asunto fue porque he decidido que me apetece que me seduzcan a mí, que ya está bien de ser yo quien dé el primer paso. No fue por otra cosa, que conste.
¿Será un buen presagio para este año? ¿Será una señal de que el Universo me concederá uno de mis deseos?
Quiero pensar que sí. A ver cómo se portan los Reyes Magos.
¡Feliz noche mágica!