martes, enero 01, 2008

La vida mágica de los ritos


Hacía muchos años que no le pedía nada al Año Nuevo, muchos. En realidad, hacía muchos años que no pedía nada. Porque había pedido mucho en mi vida, y se me había concedido.
Muchos de esos deseos cambiaron mi vida muy positivamente, pero también es verdad que derramé muchas lágrimas por otros, muchas.
Durante muchos años sólo di gracias. Y seguiré dándolas varias veces al día, porque siento que soy una persona afortunada. Pero este año he vuelto a pedir.
No lo tenía previsto, la verdad. Pensaba regalarme un paseo por Xagó, para despedir el año, mojar los pies en el agua gélida del Cantábrico, sumergirme en la paz que siempre me proporciona la mar y dar gracias por todo lo bueno que me ocurrió durante 2007, pero hubo un detalle que me hizo plantearme las cosas.
Encontré una caracola. No es fácil encontrar una de semejante tamaño y con unos colores tan vivos. Tengo mi baño repleto de conchas y piedrecitas que llevo a casa cada día que voy allí, también algunas caracolas pequeñas, rotas y desgastadas. Incluso conservo, en la bandeja del coche, un ikebana que M. fue construyendo durante la primavera: tres conchas, tres piedras y unas cuantas hierbas que sobreviven a las que recogió para mí. Pero es la primera vez que me encuentro una así.
Ese regalo inesperado me recordó que aún tengo la oportunidad de encontrar aquello a lo que he renunciado. Y pedí.
Escribí mis dos deseos en una hoja de papel y la quemé, con los pies metidos en el agua, para que el humo los hiciera llegar al cielo, para que la mar se llevara sus cenizas.

8 comentarios:

Lena de mar dijo...

Hola Mármara,
pues este ritual, tan bonito, es el inicio del porvenir que llegará a ti como una marea, a veces alta, a veces baja, pero siempre permanente en tu corazón.

Si en tu blog descubro tu mail, te mando el artículo "el corazón viaja después". Si no lo encuentro, puedes escribirme aquí: lenademar@gmail.com

y te lo envío encantada.

Un abrazo salino y mucha energía para conseguir tus sueños

Marcela dijo...

Que se cumpla todo, marmarita, que se te cumpla y podamos compartirlo a carcajada limpia, te lo deseo de todo corazón.

Ripley dijo...

Me uno a Marcela, que se te cumpla todo lo que has pedido, te lo mereces sin duda. Yo, en cambio, por primera vez en muchos años, no he pedido nada, me conformo con ir recuperandome a mí misma; se que lo demás llegará en cuanto lo haga. un besazo y feliz 2008

Mármara dijo...

Nada me apetece más que compartirlo contigo a carcajada limpia, Marcelilla, nada.
Vamos, que como cumplir se me cumplan (y me late que con tantas energías que me mandais lo tengo más fácil) voy a montar una que se van a fundir los plomos.
Gracias, Lena, mañana te escribiré para que me mandes ese artículo.
Recuperarte a ti misma es un buen deseo para este año.
Un beso grande a todas.

Mari Triqui dijo...

Seguro que el Universo, ante tan mágica petición, te concederá lo que deseas...
(¡Si yo fuera Universo lo haría!)
Un abrazo!

chusbg dijo...

Pues eso, que se cumplan tus deseos, antes estas cosas se pedían a los Reyes yo creo que tu ritual es mucho más bonito, con ser bonito el ritual de los Reyes Magos.

Blasfuemia dijo...

Y si se te cumplen, que no dejes de tener deseos, o sueños, o esperanzas.

Besos!

Mármara dijo...

Descuida,Blasf,no dejaré de tener sueños, soy de las que si no me surgen espontaneamente los fabrico.
Como todas y todos somos parte del Universo, saber que cuento con tu voto, Glora, y con el de quienes me leéis hace subir mucho los enteros de mi petición, así que cada día lo tengo más cerca.
Para los Reyes Magos, fiesta que siempre me ha encantado, tengo un par más de deseos, Chus. Ya os contaré.

 
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