Estoy hasta el mismísimo arco del triunfo de los victimismos (de los míos, los primeros); de quienes no encuentran otra manera de obtener lo que quieren de mí si no es victimizándose y chantajeándome. Y, estoy hasta el mismísimo arco del triunfo de caer, como una imbécil, en sus trampas.
Estoy hasta las cejas de los ombligos del mundo (del mío, el primero); de quienes se creen en la posesión de la verdad absoluta (yo, la primera) y se sienten con el derecho de juzgarme, condenarme y, a mayores, reconvenirme y decirme lo que tengo que hacer. Y estoy hasta las cejas de permitírselo.
Estoy hasta la punta de la caipirinha de tener que pedir perdón (a mí misma, la primera) por ser como soy, por sentir lo que siento (y, a veces, hasta tener la osadía de manifestarlo), por pensar lo que pienso, por decir lo que digo, por hacer lo que hago.
Estoy hasta la coronilla de pasarme el día templando gaitas (las mías, las primeras) para que todo el mundo a mi alrededor (menos yo), se sienta a gusto.
Estoy hasta el c...o de atender a las necesidades de las (y los) demás antes que las mías.
Estoy harta, harta, ¡harta!, de pasarme el día demostrando lo responsable, lo eficaz, lo trabajadora, lo estupenda que soy. Que lo soy, lo cortés no quita lo caliente, pero que, a estas alturas de partido, me subleva sentirme en la necesidad de demostrarlo.
Estoy hasta las cejas de los ombligos del mundo (del mío, el primero); de quienes se creen en la posesión de la verdad absoluta (yo, la primera) y se sienten con el derecho de juzgarme, condenarme y, a mayores, reconvenirme y decirme lo que tengo que hacer. Y estoy hasta las cejas de permitírselo.
Estoy hasta la punta de la caipirinha de tener que pedir perdón (a mí misma, la primera) por ser como soy, por sentir lo que siento (y, a veces, hasta tener la osadía de manifestarlo), por pensar lo que pienso, por decir lo que digo, por hacer lo que hago.
Estoy hasta la coronilla de pasarme el día templando gaitas (las mías, las primeras) para que todo el mundo a mi alrededor (menos yo), se sienta a gusto.
Estoy hasta el c...o de atender a las necesidades de las (y los) demás antes que las mías.
Estoy harta, harta, ¡harta!, de pasarme el día demostrando lo responsable, lo eficaz, lo trabajadora, lo estupenda que soy. Que lo soy, lo cortés no quita lo caliente, pero que, a estas alturas de partido, me subleva sentirme en la necesidad de demostrarlo.
Estoy hasta la coronilla de pasarme el día justificándome.
Estoy más que harta, de mí misma, la primera.
PD: Y estoy hasta los c…s, que no tengo, de dejarme el pellejo en el curro, pero que como no me queda otra, porque para eso, ya me ocupé yo solita de cargarme como una mula, os veré, más o menos, al final de la semana que viene. Que las diosas os sean propicias.
Estoy más que harta, de mí misma, la primera.
PD: Y estoy hasta los c…s, que no tengo, de dejarme el pellejo en el curro, pero que como no me queda otra, porque para eso, ya me ocupé yo solita de cargarme como una mula, os veré, más o menos, al final de la semana que viene. Que las diosas os sean propicias.