jueves, marzo 08, 2007

La vida pletórica de las palabras


Esta tarde voy a celebrar con mi hermano nº4, de profesión sus jardines, uno de los grandes deseos de su vida: deshacerse, de una vez para siempre, de su mono verde de jardinero municipal.

Mi hermano nº4, y no me ciega la pasión de hermana mayor, es un erudito, en esto del jardín (diseña jardines públicos y privados, recupera y rehabilita jardines históricos, da conferencias, ha escrito libros y decenas de artículos...), pero como no tiene titulación universitaria, ha trabajado de jardinero municipal durante casi toda su vida profesional, excepto un par de años que se fue a estudiar y trabajar al Reino Unido. Porque su vida, desde que recuerda, han sido los árboles y los jardines.
¿Que por qué no tiene su titulación universitaria? Porque hubo un profesor, cuando tenía once años, que se encargó de dejarle bien clarito (a base de castigos, bofetadas y humillaciones públicas) que nunca sería capaz de hacer nada en esta vida, y mucho menos en el terreno académico. Aún hoy, después de tantos años, se le revuelve el estómago cuando lo recuerda.
Pero como todo llega en esta vida, hoy ha cesado como funcionario municipal para dedicarse a su propia empresa, que ya le va viento en popa, sus conferencias y sus libros.
Enhorabuena, hermano.

miércoles, marzo 07, 2007

La vida (re)torcida de las emociones


(Imagen cedida por Yo, La Peor de Todas)

lunes, marzo 05, 2007

 
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