Pablo de Tarso, 1ª Carta a Timoteo (siglo I). Citado por Carmen Posadas y Sophie Courgeon en A la Sombra de Lilith
La hoja Parroquial Aleluya, que edita el Arzobispado de Valencia, recoge la queja de una feligresa sobre maltrato que sufren las mujeres por parte de los hombres, y se horroriza ante las 63 mujeres asesinadas por sus parejas o ex parejas en 2005. Alguien del Arzobispado (o próximo a él), que no tiene valor para firmar semejante disparate, responde a la feligresa: [...] Sin negar que ello sea verdad, conviene hacer dos precisiones. Primera: nadie ha confesado qué hicieron las víctimas, que más de una vez provocan con su lengua. (El varón, generalmente, no pierde los estribos por dominio, sino por debilidad: no aguanta más y reacciona descargando su fuerza que aplasta a la provocadora). [La segunda precisión me la ahorro]
Nadie me ha preguntado, pero si me preguntaran les diría que semejante canalla merece ser juzgado por apología del terrorismo y condenado a trabajos forzados.
Y luego nos escandalizamos ante el integrismo islámico. Hace falta valor.