
Hace un par de años, uno de mis más queridos amigos me preguntó si pensaba ver tal película, de cuyo nombre no puedo acordarme. Le dije que no, que yo ese tipo de películas no las veía. ¡Pero si es una obra maestra!, me dijo en tono de ofendido reproche. Ya, pero ya sabes que hay cierto tipo de películas que no veo, le respondí. Él, que se había levantado a cambiar la música (estábamos en su casa), me lanzó una mirada de profunda desaprobación, me señaló con el índice acusador y, desde su altura (yo estaba repantingada en uno de sus sillones), me espetó: ¡Tú no eres cinéfila!
No me acuerdo lo que le respondí, pero sí recuerdo que pensé, para mis adentros profundos: Pues será que no lo soy.
Hace unos meses, una de mis más queridas amigas, comentando la sequía lectora (del género ficción) a la que me ha abocado mi actual puesto de trabajo, me dijo que yo no era lectora porque, en realidad, no leía literatura.
No recuerdo lo que le contesté, pero sí recuerdo que pensé, para mis adentros profundos: Pues será que no lo soy, pues será que no la leo.
Hace unos años, cuando escribí esta novela autobiográfica y catártica, que comparto con quienes visitáis mi blog, alguien me comentó que yo, en realidad, no era escritora, porque no había publicado nada.
No recuerdo lo que le contesté, pero sí recuerdo que pensé, para mis adentros profundos: Pues será que no lo soy.
Hace unos meses, comentando con una amiga de lamirmana, recién divorciada, mi falta de interés por las mujeres, producida por mis continuos descalabros sentimentales, y el hecho de que llevaba unos cuantos años sin tropezarme con alguna que me alegrara la pestaña, recuerdo que pensé, para mis adentros profundos: Será que igual no soy lesbiana.
Cuando accedí al puesto de trabajo que desempeño desde hace dos años y medio, después de haber pasado veintisiete en las aulas, hubo quien me dijo que yo, en realidad, no era una auténtica maestra, Las verdaderas maestras no desertan de la tiza.
No recuerdo lo que respondí, pero sí recuerdo que pensé, para mis adentros profundos: Pues será que no lo soy.
To be, or no to be: that is the question.