miércoles, enero 06, 2010

La vida decepcionante de los contubernios familiares

Siendo, como soy, más infantil que una peseta de cromos, una de mis fiestas favoritas siempre ha sido ésta, la de Reyes.
(La que suscribe y su hermano nº2 el 6 de enero de 1962)
Hubo un tiempo en el que mi familia, ésa que me ha tocado en suerte en la lotería de la vida, ésa a la que hemos venido a aprender las lecciones que dejamos pasar en nuestras vidas anteriores (hartita estoy de tanta lección, ¡hostia!), la celebraba por todo lo alto, y como manda la tradición: escribíamos nuestra carta y la dejábamos encima de la tele de la casa familiar. Mientras vivió mi padre, era él quien compraba los regalos para toda la familia, a pesar de lo mayorcísimos que éramos (yo tenía treinta y un años cuando se murió).
Un par de años después de que él se fuera, decidimos reconvertir la historia y lo organizamos en plan Amigo Invisible.
Seguimos dejando la carta sobre la tele de la casa de la madre y cada cual cogía la de quien le había tocado en suerte. El día 6 nos reuníamos para desayunar, titas del alma incluidas, chocolate con churros y roscón, ora en casa de la madre, ora en la de lamirmana, ora en la de mis hermanos 4 y 6, abríamos los regalos con gran ceremonial, comíamos cocido y pasábamos la tarde viendo unas pelis y jugando a la canasta* con las titas.
Pero, ¡oh pero!, hace cuatro años, mi hermano nº 4 decidió que le suponía mucho esfuerzo emplear su tiempo en buscar y comprar regalos, mi hermano nº 2 secundó la moción, al resto le pareció que si no jugábamos todos se rompía la baraja, y cagüentooloquesemenea mi fiesta favorita se fue al garete.
Seguimos reuniéndonos para comer, en un restaurante, eso sí, y regalarle a la madre, pero el resto pasó a la historia y yo, que ni tengo familia propia, porque para estos temas Tiza y Bilbo no cuentan, ni siquiera una novia, o amanta, con quien poder intercambiar unos regalinos, no he vuelto a escribir mi carta, ni a tirarme a las calles, en medio de la vorágine propia de estas fechas, carta ajena en ristre, a buscar lo que más ilusión pudiera hacerle a quien me hubiera tocado en suerte, ni a abrir regalos, ni a ná.
(Queridas Reinas Magas: este año me pido...)
Ahora bien, desde aquí lo digo, este año he vuelto a escribir mi carta, esta vez a las Reinas Magas y, aunque sé que no recibiré mi regalo mañana mismo, porque por muy Reinas y Magas que sean, no les va a dar tiempo, sé que recibiré mi regalo a lo largo de este año. Lo sé.
(... mi Bette Porter particular, que ya va siendo hora, ¡leches!)

*Juego de naipes.

domingo, enero 03, 2010

La vida espectacular de los fotogramas


(Pedazo de selva, pedazo de imaginación forestal, la de James Cameron)
Esta noche he ido a ver Avatar con mi hermano nº 5, con el que comparto afición por la Ciencia-ficción.
En cuando leí la crítica en El País, perpetrada por no sé cuál de mis críticos favoritos, que tituló "Involución cinematográfica", o algo así, presentí que me gustaría, pero la verdad es que me ha fascinado.
Vamos a ver, la historia es floja, ¿eh?, muy floja. Y, desde luego, apenas resiste una mirada a través de los cristales violeta: marine meid in Iuesei (hay que se joder, oiga, con lo del marine), se convierte en caudillo y salvador de una civilización de gente pura y auténtica donde la haya, conectada con la Madre Naturaleza, que ya quisieran Ecologistas en acción, amenazada por el imperialismo y la codicia yanqui, por mor del amor que siente por la rapaza, que viene a ser como Pocajontas, en versión confines siderales, y del Bosque en el que viven, allá, en el planeta Pandora.

(Los bichucos no me dieron más, pero el despliegue de especies vegetales es espectacular, y los paisajes, pa qué-pa qué)
Ahora bien, desde aquí lo digo, análisis de género aparte, aunque lo cierto es que el papel de las mujeres, alienígenas y aborígenes, está tratado con bastante corrección, la peli es una orgía visual y un portento de la tecnología que, al mirmanu y a mí, nos atrapó desde el primer fotograma y nos mantuvo embelesados durante las dos horas y media de metraje. Vale, el argumento es flojuco, a la par que previsible, que tiene su ración de violencia excesiva, también meid in Iuesei , amén de la consabida historia de amor facilona. Pero, otros bodrios argumentales nos hemos tragado porque venían con el marchamo de intelectualoides. Y, a mayores, no sólo de argumentos impecables se nutre el cine actual, oyes.
(Zöe Saldaña, en el papel de Neytiri, al Pojacontas de los confines siderales)
Y luego, que tiene otra cosa: la filosofía, de la que sólo voy a comentar un aspecto, de los muchos que me llegaron al alma. Estas gentes buenas y sencillas, que viven en comunión con la Naturaleza, utilizan una expresión para saludarse:TE VEO.
No, holaquétalestás,yomuybien,gracias,ytú. No.TE VEO.
Te veo A TI, y te acepto, tal y como eres. No me monto películas sobre ti; no intento que seas como yo quiero; no me creo expectativas delirantes, fruto de mi imaginación; no pretendo que compenses mis carencias; no te exijo que des respuestas a mis preguntas. TE VEO y te acepto. TE VEO y te respeto. Y porque TE VEO, te quiero.
Por esto, y por lo demás, ¡ole por ti, James Cameron! Por esto, y por todo lo demás, que les den mucho a todos los Ocaña y Boyero del mundo mundial, y de los confines siderales.
 
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