sábado, junio 07, 2008

La vida perniciosa de los fotogramas

Esta noche me he perdío. Vamos, que de aquí a que las mis amigas me dejen elegir una película va a pasar tiempo. Pero tiempo, ¿eh?, tiempo. Y lo peor es que no voy a poder ni rechistar.
Lo que hemos visto hoy no llega ni a la categoría de los telefilmes que suele emitir Antena 3 los domingos por la tarde. ¡Más quisiera!
Y todo por mi causa. Y todo porque como hacía un cameo el malogrado Sidney Pollack y leí una crírica favorable, no digo dónde, me empeciné. Y todo, porque, he de confesarlo, aun a riesgo de dejar mi imagen a la altura del betún, aun a riesgo de desplomarme en cierto casting (secreto), de vez en cuando, el cuerpo me pide una comedia romántica americana (Nadie es perfecto, que ya lo dijo Willie Wilder en aquella archifamosa película, no vayamos, ahora, a rasgarnos las vestiduras). Y todo porque hoy, se conoce, me la pedía bastantito, el cuerpo, la susodicha comedia, maldita sea. Que ya me la había pedido, el cuerpo, allá por octubre, o así, y arrastre a M. a ver esto, so pretexto de que una actriz de la talla de Scarlett no iba a embarcarse en una sinsustanciada. Erré.
Hoy me lo ha recordado, sin acritud y sin apenas retintín (M. es que es muy buena y, aunque tenga motivos tan poderosos como estos, jamás me restriega las cosas, ni nada).
Ahora bien, lo de esta noche ni es comedia, ni es romántica, ni es nada de nada. Es una memez de tomo y lomo, dirigida por un sinsorgo paradigmático, previsible desde la primera escena, cargada de tópicos y estereotipos que más no puede, sin guión, sin banda sonora, sin fundamento y, lo que es más dramático, sin perejil. Eso sí, la fotografía, muy bonita. Los paisajes de Escocia, muy bonitos, también. Los animales (varios perros, unas cuantas vacas, varias ovejas y un caballo) no han sufrido daño, y el elenco, incluido el malogrado, no ha desgastado ni un ápice su talento interpretativo, caso que lo tuviera, que va a ser que ni eso.

Desde aquí lo digo: no ir a verla. Si en algo apreciais mi opinión, no ir.
Yo, por mis partes, pagaré mi penitencia y no elegiré película hasta que S. Juan baje el dedo, como mínimo.

miércoles, junio 04, 2008

La metafísica de los tubos

De un tiempo a esta parte, unos meses, ya no sé cuántos, no hacen más que aparecer tubos en Avilés.
Al principo pensamos, M. y yo, que los utilizarían para las canalizaciones que van a dejar la ría como cuando yo era pequeña, que te podías bañar en ella, y todo, y se pescaban unos peces que sólo sabían a eso, a peces, y no a mierda, que es a lo que saben ahora.
Pero luego empezaron a reproducirse, y a reproducirse. Esta circunstancia, o evidencia palpable, nos hizo sospechar. No queda tanto por canalizar, después de los tropecientos años que llevan canalizando los ríos que hay debajo de las calles de Avilés. ¿Pensarán utilizarlos para los parques eólicos?
Sea como sea, el caso es que, con el tiempo, se han convertido en una auténtica colonia de tubos.
Como ya no caben más (tubos), en los terrenos que ocupará el futuro Centro Cultural Niemeyer, la colonia se ha ido extendiendo por la margen derecha de la ría, la que lleva a Xagó, al faro de San Juan de Nieva y a La Peñona, que es un sitio en el que se contempla, en los días despejados, una puesta de sol espectacular (el sol se queda colgado entre el acantilado y La Peñona).

Para que estén cómodos, los tubos, les están haciendo unas explanadas muy apañadas, que rodean de vallas, para su seguridad (para la de los tubos, por supuesto).
Total, que como sigamos así, nos vamos a convertir en la Capital del Tubo, si es que no lo somos ya.
Y, a mayores, en mi vida cada día aparecen más tubos.

martes, junio 03, 2008

La vida errática de las emociones


(Perchas. Ana Laura Aláez. Pabellón de Escultura. MUSAC. León)
A veces se me olvida el miedo. A veces, incluso puedo llegar convencerme de que he conseguido mantenerlo a raya y hasta me permito vivir como si no existiera.
Pero, es muy jodido, el miedo. Y yo, muy ingenua.
 
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