jueves, julio 03, 2008

Los trabajos y los días

Lo que tiene tener amigas con posibles, en las diferentes comunidades del estado español, es que, al menos una vez al año, me invitan a instalarme en su casa y, aparte de tratarme como una reina, puedo permitirme el lujo de pasar una temporadita de relax total-conford-visa, que me viene de perlas para deshacerme del estrés del trabajo, en general, y del de la vida diaria, en particular.
Siendo, como soy, de carácter más bien austero, costumbres sencil-lias y amante de la vida recogida, o recoleta, a esta amiga en concreto (amiga del alma y la niñez) le cuesta un triunfo sacarme de casa y arrastrarme a las calles. Porque, vamos a ver, digo yo, ¿a qué salir, si lo tenemos todo en casa? Y, a mayores, nos tenemos a nosotras mismas, que nos vemos una vez al año y se nos queda corto el tiempo para ponernos al día de nuestros respectivos asuntos. Porque, hay que lo reconocer, no es lo mismo el teléfono que el directo.
Entonces, lo suyo es organizarse y disfrutar de la mutua compañía y de este, para mí (proba funcionaria de a pie), lujo asiático.
Nada mejor que un buen desayuno, en el porche, para empezar el día con energía (que diría Leticia Savater), a pesar de los 38ºC, a la sombra que estamos teniendo a eso de las diez de la mañana.
Con el estómago lleno, después del primer baño (véase nueva imagen de mi perfil), nada mejor que un ratuco mandalero, para aquietar y armonizar el espíritu, y prepararlo para la actividad de la jornada.

Actividad que puede resumirse en pocas palabras: charla, baños (cada cuarto de hora, aproximadamente), cervecita, comida, siesta (a veces, como se puede ver en este gráfico, a la sombra, otras, directamente en la cama, baño (pa despejar la modorra siestil), charla, copita a media tarde, como mandan los cánones, ducha, cena y charla, charla, charla, hasta que se nos cierran los ojucos y nos vamos a la cama más contentas que unas castañuelas.
Y hasta aquí puedo contar, por hoy, que tengo una fame negreira y me espera la cena. Cena que está preparando la mi amiga, del alma y la niñez, muy comprensiva con todas mis adicciones, incluida ésta.

domingo, junio 29, 2008

 
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