miércoles, julio 01, 2009

La vida satisfactoria de los acontecimientos

Queridas amigas, dos puntos, espero que al recibo del presente (post) os encontréis bien de salud, vosotras y vuestras familias respectivas. Yo bastante recuperada de los últimos achaques (g. a D.), aunque no del todo, como me gustaría, pero, vamos, mucho mejor que en jornadas pretéritas. El tiempo, por aquí, en sus marcas, dos puntos, ora sale el sol, ora se cubre el cielo, ora caen chuzos de punta, con el consiguiente acompañamiento de aparato eléctrico, o sin él, ora despeja, ora cae la niebla, ora te asfixias, ora te pelas de frío, ora mecaguentoloquesemenea.com, y así sucesivamente.
Por mis partes, deciros que me encuentro (casi) altamente satisfecha con el desarrollo de los últimos acontecimientos acaecidos en mi acontecer.
Un solo hecho, o acontecimiento, empaña la satisfacción que me embarga estos días: la mi M nos ha vuelto a palizar en el "Trofeo Interbalnearios 2009". No es que pretendiera llevármelo por tercera ocasión consecutiva, a pesar de que este año las toledanas tuvieron a bien adquirir para la ocasión un trofeo de los de verdad, guapo, guapo que te cagas, es que he tenido una suerte negra. Y contra eso no hay quién luche. ¡Qué caprichoso es el azahar, leches! Porque, si dijéramos que pierdo a las cartas, pero luego ligo como una posesa (por aquello de que desafortunada en el juego...), bueno, oyes, pues que se lleve, la mi M, o la mi R, o la mi AC, o la mi T, todos los trofeos, de aquí a la jubilación, pero no. Es que, encima de perder, NO LIGO. Bueno, no pierdo siempre, que según llegué del Balneario jugué la partidita dominguera de canasta con mi madre (83) y mi tita del alma (99) y las masacré. Pero me late que esas victorias no cuentan.
Eso sí, pasar, lo pasamos de miedo (de bien, quiero decir, no de susto). Nos dieron unos masajes del coponazo (bendito), comimos que pa qué, PA QUÉ, dormí una siesta memorable bajo este sauce, paseamos por el campo, nos reímos... Y, sobre todo, nos dio una alegría muy, muy, grande (inmensa) volver a estar juntas, dos años después de la última vez. Desde aquí lo digo, dos puntos ¡qué no nos vuelva a faltar!

(Vistas desde la habitación. Silencio total.TOTAL)

(El Balneario desde la lontananza. Como se puede comprobar en este gráfico, en medio de la nada)


(Paseo al atardecer)

(Bucólicas compañeras de paseo)

(El sauce de mis entretelas siesteras)
Y ya, por fin, para completar este halagüeño panorama: he cambiado de móvil, he encargado la ventana del baño, que la tenía hecha una llaceria* y, lo más importante, después de pensármelo unos cuantos años, me he decidido y voy a cambiar de coche. Me lo entregan (D. m.) la semana que viene. No quepo en mí del gozo. NO QUEPO. ¡NO QUE-PO! Vamos, que no quepo en mí, del gozo.


(Además de ser ideal, para mi gusto, tiene un nombre muy asturiano: Cascai**)
Sepáis que lo del coche lo he hecho un poquito (sólo un poquito) también por vosotras, por las que váis a venir a vernos, a la mi Marcelilla y a mí, este verano. Para poder ir todas juntinas y llevaros como a reinas a conocer los maravillosos parajes de la geografía asturiana, para que nos puedan acompañar Bilbo y Tiza, si es menester, y, a mayores, no tengáis que llenaros los modelazos de pelos.

Y ya con esto, me despido.
Vuestra, que lo es,
Mármara

*Llaceria (del bable). Destrozo total.
**Cascai (del bable cascar).tr. Romper (con la pana)
 
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