¡Sí, señoras mías, sí! Aquí estoy, porque he vuelto, después de una larga, larguísima ausencia, motivada por la abducción a la que me ha sometido la mi Barbie, para
compartir con ustedes-vosotras la hazaña, la proeza, la alegría, el orgullo y
la satisfacción del triunfo que, la mi Marcelilla y yo, materializamos ayer
mismo en la jornada inaugural de la temporada de trofeos golfísticos veraniegos.
Temporada que pensamos jalonar de triunfos y trofeos, por nosotras, y por todas
nuestras compañeras, cuasi excluidas de los trofeos a causa de una normativa que favorece, ¡cómo no!, a los hombrones, que acaparan primeros puestos, con sus trofeos y premios correspondientes, en los torneos domésticos* de los bonitos campos de golf de la geografía española.
![]() |
Hoyo 5, con su bonito, a la par que jodío lago. |
Es por ello, oyes, que nuestra clasificación de ayer fue hazaña y proeza. Fuimos las ÚNICAS MUJERES que
conseguimos meternos entre las diez primeras parejas clasificadas —de un total
de TREINTA Y CUATRO inscritas, mayoritariamente masculinas—, en el “Torneo
de La Manzana” del mes de julio que se celebra en el Club de Golf Villaviciosa,
consiguiendo la sexta puntuación y, todo sea dicho de paso, unas botellinas de
vino de Rioja, crianza del 2008, que constituían el premio, además de la
consiguiente bajada de hándicap correspondiente a los 40 puntos stableford que
nos marcamos.
Vamos, que estamos que nos salimos del mapa. Y más que nos
vamos a salir. ¡Prepara-i-vos, paisanos!
*Se denominan domésticos a los torneos que organizan los clubes para jugadores (y, de rebote, para jugadoras) amateur.