miércoles, diciembre 31, 2008

Japi niú yir, beibis

Llevo todo el (santo) día recibiendo mensajitos de mis amistades para desearme Feliz 2009, con los más variopintos contenidos. Que si frases hechas, que si frases hechísimas, que si pitos, que si flautas, que si tal, y que si pascual.
La que más me gustó fue una que me mandó mi amiga Luz de Fuego Arapahoe, el año pasado, que decía: ¿Qué no querré yo pa ti, bombonazo...? (siempre nos llamamos bombonazo, la una a la otra). Y luego, ya, seguía una ristra de cosas de esas que se supone que todo el mundo desea, salud, dinero, amor, sexo...
Bueno, pues eso, ¿qué no querré, yo, para vosotras, mis fieles lectoras? Lo mismo que para mí, of course. Y como una de las cosas que más me gusta en este mundo (mundial) es reírme, aquí os dejo unos buenos deseos y unas recomendaciones para que os hagáis unas risas a mi salud y a la vuestra.
Las felicitaciones. Mis favoritas: la de Mª José Cantudos, en especial para Mi Baggesen, y la de la Pantoja, con dedicatoria particular para mi Flor del Azahar (con permiso de su -ummmmm- señora):


Las recomendaciones:

¡Hala, a pasarlo!
Si yu te nes yiar, beibis.
PD: Oyes, que sí, que acepto (¡Joer, creí que no me lo ibas a pedir nuuuuuunca!).

lunes, diciembre 29, 2008

El MEME

Como dijo la mi Marcela que ella no nominaba a nadie, me nominé yo misma y aquí está.
I- Poner una foto mía: La anterior ha caducado. La sustituyo por esta que me hice yo misma, el año pasado por estas fechas, durante las maratones a las que dediqué una parte de mis vacaciones: L Word y Harry Potter y las Reliquias de la Muerte.

II. Escoger una banda/artista: Miguel Bosé (Dudé mucho, entre el mi Miguel Bosé y Alaska y Los Pegamoides, que fueron Banda Sonora de mi vida durante mucho tiempo, al final, me decidí por ÉL).
III. Responder a las siguientes preguntas sólo con letras de las canciones de la banda/artista escogidos:
3.1. ¿Hombre o mujer? Mujer
3.2. Descríbete: “Lo que hay es lo que ves, serás, seré, verás, veré, aquí estoy y aquí estaré.”
3.3. ¿Qué piensa la gente de ti?: “Como una intrépida libélula ante el espejo toda incrédula pone reparo a su extrafécula, yo me la como ¿o no?”
3.4. ¿Cómo describes tu última relación?: “Morenamía voy a contarte hasta diez, uno es el sol que te alumbra, dos tus piernas que mandan somos tres en tu cama, tres”.
3.5. Describe el estado actual de tu relación con tu pareja o pretendiente: “Nada particular”
3.6. ¿Dónde te gustaría estar ahora? “La noche que me gusta no me pide que sea buena ni me muerde la manzana regalándome el veneno”
3.7. ¿Qué piensas respecto al amor?: “No hay un corazón que valga la pena ni uno solo que no venga herido de guerra y sigo aquí. ¿Cuánto silencio hay? ¿Cuánto silencio no sé?”
3.8. ¿Cómo es tu vida?: “No sé si hacer o más bien deshacer. Hacerlo mal, o hacerlo bien. Hacer por hacer, sólo pa’deshacer, lo que nunca sé hacer. Nunca hacer por hacer”
3.9. Qué pedirías si pudieras tener sólo un deseo: “Miénteme y di, que no estoy loca, miénteme y di que sólo un poco…”
3.10. Escribe una frase sabia:”No seamos soberbiosos” (De mi güelito José)
IV. Escoge a 4 personas para responder al desafío, y avísales: Pues, a cualesquiera que le apetezca, oyes. Y que tenga el humor suficiente para hacerlo.

martes, diciembre 23, 2008

La vida lúdica de las Fiestas Navideñas, o

Dime, arbolito, de quién eres


Centro A

Centro B

Adivina a qué centro corresponde cada uno de estos árboles navideños.
Los dos están realizados por alumnado de colegios públicos, uno situado en el centro, al que acuden familias con posibles, el otro del extrarradio, con un 95% de alumnado gitano; uno ha sido realizado por alumnos y alumnas de 1º de Primaria, el otro por el centro al completo.
Una vez que lo hayas averiguado, canta conmigo:
Güigüichu a Meri Crismas,
güigüichu a Meri Crismas,
güigüichu a Meri Crismas
an a ja-pi niu yir.
Con mis mejores deseos de paz, armonía y felicidad para estas potitas*, herposas y entrañaples Fiestas Navideñas.
*Sí, lo habéis adivinado, tengo un trancazo del quince, lo cual no va a impedirme salir a cenar, como cada año en esta misma fecha, con la mi pandilla petarda y acudir al 25 aniversario de la Santa Sebe, local mítico donde los haya, templo de la Movida Ovetense de los '80, y disfrutar, comilfó, de ambos eventos, eso sí, después de meterme en vena gramo y medio de paracetamol.

miércoles, diciembre 17, 2008

La vida emotiva de los acontecimientos

Cada año, por estas fechas, desde hace ya veintidos, mi familia se reune en torno a mi hermano pequeño para apoyarlo y disfrutar con él en un acontecimiento que, y puedo decirlo sin ambages, ya forma parte de la historia de mi ciudad, y de la de mi familia: el concierto de Navidad. SU Concierto de Navidad.

Desde hace unos cuantos años, gracias a su empeño, que no al apoyo de quienes tendrían la responsabilidad y el deber de promoverlo, este concierto ha adquirido la categoría de institucional, pero cuando lo hizo por primera vez, en la Navidad de 1986, fue con su propia coral, La Coral Vajillas, la primera de las que fundó, a los veinticuatro años, con un grupo de amigos y amigas que, como él, y otros dos hermanos míos, formaban parte del Coro Universitario de Oviedo, y a quienes sabía a poco la actividad de la formación universitaria. Amigos y amigas que lo han seguido, como se sigue a un gurú, en todos sus proyectos musicales, que han sido muchos y variopintos, a lo largo de estos años; que se han plegado, casi sin rechistar, a las exigencias de su batuta; que han estrenado, con él, obras que pocos se atreverían a intentar en según qué escenarios; que han ensayado, sacando tiempo de debajo de las piedras, para que J materializara sus sueños musicales. Amigas y amigos que también estaban en esta ocasión, reforzando el coro del que es director titular, para ejecutar con maestría una versión del Gloria, de Vivaldi, nunca escuchada, en nuestra pequeña y provinciana ciudad, hasta que él se arriesgó a hacerla.
Aquel primer Concierto de Navidad, el del año 86, se hizo en la calle, con escenografía y vestuario de su íntimo amigo, un artista excepcional, muerto, muy joven, hace unos años. Luego, los escenarios fueron variando, adquiriendo una categoría acorde con la entidad de los proyectos de mi hermano, hasta quedar definitivamente vinculado a la Catedral.
Pero, aquel primer concierto fue muy especial para nuestra familia: mi padre había muerto hacía cuatro días y fue mi madre la que tuvo que insistir para que lo celebrara en honor a él, uno de los responsables, junto con mi abuelo José, y ella misma, de que la música forme parte esencial de nuestras vidas.
Así que, cada año, el Concierto de Navidad es tambien el concierto a la memoria de mi padre, a quien mi hermano pequeño se asemeja tanto, en lo físico. Tanto, que, en cada ocasión que lo veo dirigir, me parece estar viendo a mi padre, batuta en mano.

Cada año, por estas fechas, vuelvo a sentir, como en aquella primera ocasión, que mi padre no haya podido llegar a verlo nunca, porque se hubiera sentido tan orgulloso de él como nos sentimos quienes lo queremos.

jueves, diciembre 04, 2008

La vida reveladora de las discusiones

Hoy he tenido una auténtica y genuina revelación: soy tonta*. Pero, tonta, tonta, lo que se dice tonta del bote.
(Mármara, en el papel estelar de su carrera)
O lo que es lo mismo, me falta entendimiento y razón y, a mayores, no proceso. Y, a mayor abundamiento, no sólo soy tonta sino que, además, tengo la absurda tendencia a entrar a todos los trapos, que ni necesito que sean rojos. Vamos, que, a mí, me pones uno blanco del tamaño de un kleenex, y allá voy yo, ciega cual topo, sin importarme un comino que detrás del trapín haya un muro de hormigón (armado).
Y eso es, justamente, lo que me ha pasado hoy.
Vale que me apasione mi trabajo. Vale que, impelida, más que impulsada, por esta pasión le eche más horas al curro que Pepelhijoputa. Vale (y de esto hace muy poco que soy consciente) que sea más avara que el tío Gilito y me empecine en meterme en mil y un jardines (que lo mío, más que avaricia es usura). Vale que precise, o necesite, un cursillín acelerado de asertividad. Vale que cuando frego, frego. Vale trabaje los domingos y fiestas de guardar, si es preciso, o necesario. Vale que, desde que estoy este puesto, no tenga horario, ni fecha en el calendario. Vale que me haya jodido la mitad del verano. Vale que valga lo que tenga que valir, pero de ahí a entrarle al trapo a mi jefe va un abismo, que ni la fosa de las Marianas.
Pero, ¡Santo Cristo de la Agonía!, ¿quién me manda a mí, discutir con él? Si tiene toda la razón, el hombre, que para eso es jefe, que si yo supiera lo mismo que él, la jefa sería yo.
Si trabajo los domingos y fiestas de guardar, es mi problema. Si me jodí, yo solita, mi última semana de vacaciones de agosto, haberme organizado mejor (o no haber utilizado seis moscosos para pillar una semana de vacaciones en junio para irme a Mitadelcamino, con la que me iba a caer en septiembre). Si le cogí el teléfono a mi asesora de la Consejería, a la coordinadora de formación, y a la jefa del servicio correspondiente de una dirección general que no era la mía, en pleno mes de agosto y solventé los problemas que me trasladaron, ¿quién me mandó, eh, quién coño me mandó? Y si ya, para rematar, acepté un encargo de mi jefe del servicio, en plena vorágine de un noviembre negro, me jodo. Por tonta.

Y, ahora, los cinco moscosos que me quedan y los compensatorios que me correspondían por haber trabajado en verano, con los que pensaba pillar unas vacaciones decentes, me los meto donde me quepan, que si no los gasté antes fue porque no quise.
Y no, no me consuela que el resto del equipo esté en las mismas que yo. Sobre todo porque como la única que abre la boca soy yo, pues eso, además de joderme, me llevo los rapapolvos. Por tonta.


*DRAE. tonto, ta.
(
De or. expr.).
1. adj. Falto o escaso de entendimiento o razón. U. t. c. s.

lunes, diciembre 01, 2008

La vida perversa de las imágenes publicitarias

Este fin de semana que acaba de pasar, tuve un rapto bucólico y pastoril. Aprovechándo el temporal que nos acompaña, decidí quedarme en mi casita, en vez de desplazarme a la capital del Principado, a disfrutar de la soledad y el sosiego de mi hogar.
Pico Gorfolí a las doce del medio día (SE)
El NE, amenazando, después de "La Gran Granizada".
(El patio del cole después de la monumental granizada que cayó sobre las tres)
Pensaba dedicar mi post semanal a describiros mi maravilloso fin de semana, pero, ¡héteme aquí!, que ayer, domingo, salgo, como de costumbre, a una hora prudencial a dar mi paseo con este par de peludos con los que comparto casa, además de vida, y a comprar El País, una de mis costumbres domingueras más arraigadas.
Por aquello de romper con la rutina, en vez de empezar por el periódico, empecé por el Semanal, que prometía, con eso de los cien personajes del año, aunque sólo fuera por comprobar la proporción de hombres y mujeres (no, no me equivoqué). El artículo de Maruja Torres me dejó un sabor agridulce, más agrio que dulce, aunque, cuando se me cayeron todos los palos del sombrajo fue cuando llegué a la sección de ¿Belleza?
En el momento en el que escribo (no he visto el último informativo) son SESENTA, las mujeres muertas por causa de la violencia de género (hubieran sido sesenta y una, si el innombrable, que es que no encuentro calificativo, de Pontevedra hubiera encontrado a su ex esposa), que si las sumamos a las QUINIENTAS TREINTA Y TRES, asesinadas desde 1997, año en el que se comenzó el recuento, hacen un total de QUINIENTAS NOVENTA Y TRES, en diez años y once meses. Lo que viene a suponer una media de CINCO MUJERES AL MES.
Cuatrocientas mil mujeres sufren malos tratos, en España. No creo que haya una sola mujer, en este país, por no meterme en casa ajenas, que no haya sufrido algún tipo de violencia por el simple hecho de ser mujer. Y, sin embargo, fulanos como este, todavía se permiten jugar con el imaginario colectivo y hacer apología de la violencia sexista en sus imágenes publicitarias.
(No pueden caber más estereotipos que inciten a la violencia sexista en una sola imagen)
Aunque lo peor no es eso, si no que lo hace porque esto es lo que vende. Sabe, perfectamente, qué teclas tocar. Y las toca. Y su música sigue sonando, mientras cientos de miles de mujeres son maltratadas, vejadas y despreciadas, tratadas como meros objetos de consumo. Mientras decenas de mujeres siguen muriendo a manos de sus maltratadores.
Para completar su línea de lencería, pensada para mujeres fuertes, liberadas sexualmente, que deciden a quién quieren enseñarle su lencería, ha lanzado un perfume, Body Glamour, con olor a "boudoir" de los pies a la cabeza.
Y, para mayor escarnio, El País le dedica CUATRO páginas.
¡Qué asco, joder, qué asco!

jueves, noviembre 27, 2008

La vida inspiradora de los fotogramas televisivos

Oviedo, martes veinticinco de noviembre, 22:18. Llego de dar el paseo nocturno con Bilbo y Tiza, y de recoger a mi madre de su partida de parchís. Doy de cenar a los perros, me pongo el pijama, preparo dos bandejas, una para mi madre (crema de calabacín y compota -yes, of course, my very, very famous compota de manzana-, que la tengo un poco pachuca del estómago) y otra para mí (crema de calabacín, compota y yogourt natural, que tengo una imagen que mantener) y nos sentamos, la madre y la hija, frente al televisor. La madre, complaciente, a lo que diga la hija, que para eso lleva cuatro días cuidándola y mimándola, la hija dispuesta a ver el capítulo correspondiente de House, completamente inconsciente de la que se le venía encima.
-Pero, ¿qué hacen, esas dos? -pregunta la madre, entre confusa y perpleja.
-Lo que ves, mamá, lo que ves -reponde la hija, con los ojos como dos platos de esos que te ponen en un restaurante de diseño con un medallón de merluza del tamaño de una moneda de cincuenta céntimos a la distancia exacta entre el borde y el punto medio de los dos tercios de la diagonal, y la cuchara a medio camino entre su propio plato (de loza de San Claudio, eso sí) y la boca (abierta).
Efectivamente, queridas contertulias, no os habéis equivocado, no: me he enamorado perdidamente de Thirteen. De Thirteen, que no de Olivia Wilde, que será muy mona, y muy lo que sea, la muchacha, pero que a mí lo que me fascina (que ya lo vengo diciendo de la mi Bette) es el personaje, no la actriz en cuestión, que me trae al mismísimo pairo, la actriz.

¡Ojito!, que ya me había hecho tilín en capítulos anteriores, ¿eh?, pero después del diálogo que mantiene con Cameron en el pasillo de las urgencias del hospital de House, que no en el de las de la Maca de Ohne (Cameron. What is your name?/Thirteen. I don't know ), no he podido por menos que caer, completa y totalmente, rendida a sus pies.
Sí, lo sé, he de hacérmelo mirar.

sábado, noviembre 22, 2008

La vida variopinta de los fotogramas

Como diría uno de mis más queridos amigos, esta semana se les ha hecho el culo gaseosa a mis críticos favoritos de El País. Qué satisfacción, qué emoción, qué pedazos de panegíricos a la épica masculina, por partida doble.

No sólo es que hayamos recuperado la grandeza del western con Appaloosa, sino que hemos hecho una deconstrucción (ya se sabe: las que cocinan son cocineras y los que cocinan restauradores) del personaje de Bond, James Bond, en Quantum of solace.
Oyes, que yo no digo que no sean dos magníficos filmes, cada uno en su estilo, ¿eh? Ed Harris es uno de mis actores favoritos y, mira, hasta le tengo una cierta envidiuca, aunque sólo sea porque, el hombre, ha sido capaz de materializar las fantasías infantiles de cuando jugaba con el Fuerte Comansi, escribiendo, produciendo e interpretando su propia peli de Oeste.

De Bond, James Bond, fui ferviente seguidora, sobre todo en la época de mi admirado Sean Connery. Y luego, oyes, que salen unas rapazas cañón*, y eso siempre es de agradecer, aunque les hagan pasar las de Caín, a las rapazas buenas, y te las pongan de florero y objeto sexual, o sean más perversas, las rapazas malas, que la bruja de Blancanieves, sin la consabida berruga y con unos cuerpazos de escándalo. Cuerpazos que incitan al pecado, o a las fantasías sexuales de la más diversa índole.
Bien, pues no pienso ver ninguna de las dos.
Ni siquiera para comprobar en qué consiste el lirismo secreto de un pistolero fiel y generoso hasta el dolor y cómo se resiste, a las trampas sentimentales, lo único para lo que su rocoso corazón no estaba preparado. Trampas que, parece ser, le pone Reneé Zellweger.
Ni siquiera para ver en qué consiste el vaciado de un icono y su relleno con los nuevos parámetros que exige el héroe del s XXI, encarnado en la figura de Jason Bourne.
La que sí vimos el viernes fue Cenizas en el cielo. No sé qué habrá dicho la crítica, pero lo que yo digo es que ésa sí es épica humana, hu-ma-na; ése sí que es lirismo; ése sí es un trato digno a las personas; ésa sí que es emoción de la buena, de la que te llega al alma, de la que te reconcilia con el género humano.
(Asturias, Patria querida, Asturias de mis amores)
Lo más probable es que no triunfe ni en los Goya y que su taquilla no le llegue a las suelas de las botas de los pistoleros o a las tapas de los tacones del bellezón que acompaña a James en esta entrega. Por eso me permito haceros una petición: Si me (os) queréis, verla.
* Baggesen, observa que el apelativo Cañón del Colorado lo reservo, única y exclusivamente, para ti.

sábado, noviembre 15, 2008

La vida hilarante de las cenas con las amigas

El jueves, después de hacer encaje de bolillos para sincronizar las agendas, sobre todo la de Marcela, que desde que se me dedica a dar charlas por todas y cada una de los bonitas ciudades de la geografía española, y se me codea con el alto comisionado de la ONU y popes en general, no hay quién la pille, conseguimos materializar una cena cien veces pospuesta, la susodicha, la mi M y yo.
Ya sé que me está bien de decirlo, y por eso lo digo, pero las traté como a dos reinas, porque según llegaron se sentaron en el sofá a dar la lengua y me mandaron a la cocina (sí, sí, con todo el descaro, ¡Hala, Marmarita, tú a lo tuyo, que venimos muertas de fame!) a pelearme con los fogones. Di tú que como tengo cocina americana no me perdí ripio de la conversación, y hasta pude intercalar un par de palabras, o tres, que sino me hubiera sentido como una de aquellas que protagonizaban "Arriba y abajo". Ellas, de arriba, yo, de abajo.
Y, menos mal que elegí un menú facilín, de esos que se resuelven en un verbo.

Ensalada, con piñones y nueces, maceradas en aceite de oliva virgen, aceto balsámico y miel
Spaghetti al nero di sepia con gula (del Norte)
Compota de manzana asturiana a la reducción de brandy con canela en rama
Lambrusco
Agua (Vichy catalá)
Café (descafeinado)


(Para que os vayáis haciendo una idea del aspecto que tendrá el platillo la próxima vez)
Una pena que con tanta fame, tantas prisas por hincarle el diente a las viandas y tanta risa no haya dado tiempo a hacer el reportaje gráfico del evento, porque la mesa me quedó monísima, a la par que elegante (que la pongo con mucho gusto, yo, la mesa) y el platín de spaghetti nero con gulas es de lo más fotogénico, pero no se puede estar a todo, guapinas.
Comprenderéis que no puedo permitirme revelar los detalles de las varias y variadas conversaciones que desarrollamos desde las ocho y media de la noche hasta la una de la mañana, entre otras cosas porque, y no podía ser de otra manera, le dimos un buen repaso al mundobolloblog (sí, queridas amigas, sí, también vosotras fuistéis protagonistas), a la nuestra Consejería y a quien se nos puso por delante, ahora bien, desde aquí os lo digo, hubo momentos en los que me dolía la barriga de reírme. Concretamente, cuando nos dio por comentar este tema, del que prometo hacer un post próximanente.

Si no te quieres matar, las normas has de interiorizar.
Sólo hubo un sucedío que nos produjo un cierto desasosiego, sobre todo a Marcela, aunque ello, oyes, no fue óbice ni cortapisa para que, entre parrafada y parrafada, carcajada y carcajada, diera buena cuenta de su ración: que se me olvidó retirar las guindillas antes de mezclar los spaghetti con las gulas y nos pasamos media cena con el alma en vigo hasta que las localicé,
todas en mi plato, y pudimos rebañar, tranquilamente, hasta la última migaja, mojar el pan (descongelado en mi tostador nuevo, que daba la impresión de que estaba recién hecho, si será bueno, aparte de mono, el mi tostador), y hasta hacer bocadillinos de ajo, aprovechando la (jodía) circunstancia de que ninguna de las tres nos veríamos en la obligación de morrear con nadie, aquella noche.

martes, noviembre 11, 2008

La vida gratificante de los caprichos

Estoy que lo vierto. Llevo una temporada que me ha dado por regalarme de todo. Unas cosas porque las necesito y otras porque me apetece, sin más.
Que si una tarde en el Balneario, que si un concierto de Gardiner, que si unos ratucos de lectura, en medio de la vorágine laboral, que si un paseo por Xagó a media tarde, que si un baño de sales, que si unas castañas cocidas para cenar, que si este libro que llevaba un año queriendo comprarme y que no me decidía, vete tú a saber por qué.

(Más que un libro, esto es una joya. Las fotos, de Vilaboy, los comentarios de Justo Ureña, Cronista Oficial de la Villa y pozo sin fondo)
Esto, en la sección "darme gusto al cuerpo, y a la mente".
Y luego, pues también me ha dado por regalarme objetos, o cosas. Habida cuenta de que soy de carácter más bien austero, no es este un capítulo en el que me prodigue. Vamos, que me compro, casi, exclusivamente lo que necesito, así que el hecho de comprarme cosas lo encuentro extraordinario, que no vulgar.
Por ejemplo. Hace dieciséis años y medio, cuando me vine a vivir a Avilés, mi madre me regaló un tostador. Tostador que empezó a agonizar a principios de este año, cuando se le rompió la pieza de bajar las tostadas. Pensé en cambiarlo, pero luego comprobé que si utilizaba un destornillador a modo de palanca podía arreglarme. Y me arreglé, hasta la semana pasada me dio por empujar las rebanadas a mano, y, claro, se me desconchinfló. Ayer, ni coja ni perezosa, subí a "El Corte Inglés" y me compré éste.

(Los había más baratos, sí, pero las pijas es lo que tenemos, que nos pirriamos por el diseño)
Al bajar el viejo de la nevera, que es donde lo tengo instalado, para poner el nuevo, no pude evitar echarle un vistazo para ver si averiguaba cuál era la avería. Y lo averigué. Y lo arreglé, yo solita, porque lo único que le pasaba es que se había salido una pieza de una ranura, pieza que volví a encajar en un santiamén. Estuve en un tris de volver a instalarlo, meter el nuevo en su caja y devolverlo. Pero, ¡quia!, me contuve a mí misma y me dije: Marmarita, ya está bien de cutrerías, tía, te quedas con el tostador, que es monísimo, a la par de práctico. Lo único que vas a devolver es el destornillador a la caja de herramientas, que es donde tiene que estar.
Y, ya que había hecho el esfuerzo de subir hasta allí, no pude por menos que comprarme esto:


Oyes, que la tengo enterita bajada, capítulo a capítulo, con la mulita, pero me dio igual. Y, es más, me dio lo mismo.
Llegué del paseo nocturno y me metí dos capítulos en canal, como si los estuviera viendo por primera vez. ¡Qué definicíón! ¡Qué calidad de imagen, y de subtítulos! Porque yo, nada de versiones dobladas, ¿eh?, la voz de mis chicas, sobre todo la de la mi Bette, que me pone que más no me puede poner, la voz y la mi Bette al completo, tengo que oírla.


(Lo malo es que ahora, con la revisualización, me va a apetecer echarme una amante. Una amante, mitad lamiBette, pero más estilosuca en el vestir (que en esta temporada me la pusieron como de los Cristos) y menos mística, mitad Jodie, pero que hable, porque con el porrón de curro que tengo, como para buscar tiempo para hacer un cursillín sobre lenguaje de signos)
Sólo falta que me saquen la 5ª temporada en Navidad para que mi gozo sea completo y pueda dedicarme a repasar, again, la serie completa antes de que empiece la 6ª.

sábado, noviembre 08, 2008

La vida impactante de los fotogramas

Llevo un número aceptable de películas, este curso. Incluso me he permitido el lujo de repetir Mamma mía, que me encantó y que volveré a ver cuando la saquen en deuvedé y se la regale a mi madre, que es fan (total) de ABBA y la disfrutó como hacía tiempo que no disfrutaba, mi madre, en el cine. La última vez que fui con ella se me durmió en la butaca por culpa de Buenas noches y buena suerte, que sólo a mí se me ocurre llevar a una madre como la mía a ver semejante ladrillo. Sí, buena lo será, no lo niego, pero ladrillo también.
Como tenemos comentado, las mías y yo, cuando se va mucho al cine no siempre se acierta, así que hemos visto de todo, esta temporada (y en temporadas precedentes), incluso alguna que otra inconfesable. Que no es que me quiera justificar, no, pero que cuando se vive en una pequeñísima ciudad de provincias, a la que no llegan todos esos estrenos que nos ponen los dientes largos cuando nos las anticipan en los informativos, o leemos las críticas de Carlos Boyero y sus secuaces en El País, a veces te ves en la tesitura de elegir entre lo malo y lo peor.
No ha sido el caso de esta semana. Cuando repasamos la cartelera, como hacemos cada viernes, M dijo muy resuelta: Esta la quiero ver. Y no hubo más discusión. De normal consensuamos, pero cuando una de las tres dice eso de esta la quiero ver, siempre dentro de un orden, claro, que no nos obligamos (casi nunca) a ver películas que sabemos que una de nosotras no vería ni por un gochu, no hay más que hablar.
Nos pasó hace quince días, a M y a mí (T no estaba, aquel viernes), que llegamos al cine pensando en ver El patio de mi cárcel y luego resultó que nos la habían cambiado a horario de tarde. Escrutamos la cartelera, de uno de los dos grandes centros comerciales de Oviedo, ¿eh?, no de Avilés, que tiene más delito, y no nos decidíamos porque el panorama era desolador. Como M sabe lo mucho que me resisto a ver cierto tipo de películas y a mí me consta lo que no le gusta ver a ella, allí estábamos las dos, estudiando los carteles y desechando una tras otra, hasta que M dijo: Yo la del Che la voy ver, no sé sí ahora, pero la voy a ver. Y la vimos, y se lo agradecí en el alma, porque no estaba muy convencida, yo.
(Sigue leyendo tranquila, M, que lo del viernes pasado no lo voy a mentar).
Bueno, pues ayer vimos Sólo quiero caminar, que tenía mucho empeño M, T no tenía opinión formada y yo no lo tenía nada claro, por aquello de que las pelis duras y violentas, por muy buenas que sean, siempre me dan un poco de reparo (si exceptuamos las de los hermanos Coen, que ya sabemos todas cómo son y pasamos en quinta).
¿Algún pero? Sí, sí tiene peros, pero que cada cual se busque el suyo.

Eso sí, decir que nuestras actrices son la hostia. Concretamente Ariadna Gil, está descomunal en su papel (y ella misma, consigo misma, como un queso) y no me quedó por más que enamorarme (perdidamente) de su personaje. Pero ninguna de las otras tres se queda a la zaga. En especial Pilar López de Ayala.

domingo, noviembre 02, 2008

La vida reveladora de las imágenes


Hace una semana,

Tiza, M, Bilbo (por este orden) y yo (cámara en mano), disfrutamos del último atardecer otoñal en Xagó, antes del cambio horario.
(Frente desplazándose desde el nordés al surés)
Luego llegó EL frente y, desde entonces, la lluvia nos ha permitido disfrutar del calor y la tranquilidad del hogar.
("Robada" en un aula de 1º de Primaria)
Entre chaparrón y chaparrón, visito centros y me apropio, con y sin permiso, de algunas imágenes.
(Les costó decidirse, pero las chicas también trabajaron en el huerto, como se puede apreciar en este gráfico)
Este domingo, mientras contemplo la lluvia a través de los cristales, me da por buscar entre mis recuerdos.
(El rincón del "Arte")
(Al torno)
(2º de EP)

(J y P escriben la parte del inventario que les ha correspondido)

(A le dicta al maestro su borrador)
No ha dejado de llover durante toda la mañana. He esperado a ver si escampaba, pero va a ser que no tiene trazas, así que me voy a la calle con Bilbo y Tiza a dar nuestro paseo matinal, antes de que nos cierren el kiosko y me quede sin El País.

sábado, octubre 25, 2008

La vida vomitiva de la realidad (educativa)

He pasado la semana en un puritito vómito (negro).
El lunes, de buena mañana, tuve unas palabras (gruesas) con un compañero a causa de nuestras diferencias de criterio sobre el proyecto de un centro (público), al que (a mayores) han concedido un premio nacional, por dedicar sus esfuerzos, energías y presupuesto (público) a una absurda, inútil, burda, retrógrada y mezquina actividad sobre Educación Vial. Que, desde aquí lo digo, debería desaparecer de los centros sostenidos con dinero público, junto con los Desayunos Saludables de los cojones, la Puta Pirámide, o Rueda, de los alimentos, la jodida Higiene Buco-dental y las redacciones de mierda sobre las vacaciones, por ejemplo.

El martes, destacado en la página oficial de la Consejería de Educación y Ciencia de ésta, mi Comunidad Autónoma, abanderada (nacional) del uso, y empleo, de las TIC en educación y de la innovación educativa, con siete convocatorias interinstitucionales, siete, a sus espaldas de Educación y Promoción de la Salud, me encontré con esto, como ejemplo de buena práctica educativa.
El miércoles, M me envió un cuento sobre la Osa Rosa (alumna de Educación Infantil en el cole del Bosque, donde sólo hay osos), que es una osita mala y retorcida de cojones, que se niega a trabajar, y su seño la castiga sin salir al recreo y sus compañeros ositos la rechazan porque es mala y les habla cuando ellos, que sí que son buenos, están haciendo las fichas, y su madre se avergüenza de ella, etcétera, cuyo autor ha tenido los güevos de mandarlo como muestra de una colección completa de cuentos, todos del mismo jaez, para que los centros la compren y la utilicen para Educar en Valores.
Ayer, jueves, mi compañera Japy me cuenta que un colegio-guetto (alumnado inmigrante, de etnia gitana y viviendas sociales) ha solicitado al Secretariado Gitano un taller de Técnicas de Estudio para Educación Infantil, porque la maestra de Infantil está desesperada (la pobre) porque no hace carrera de su clase (ocho criaturas, ocho, en total).
Y ya, para rematar la semanita, esta mañana, me encuentro con esta noticia de portada en los principales periódicos regionales.

(Y la maestra, oyes, tan contenta, con sus fichitas del otoño, todas igualitas, sus gomets, sus platidecores, sus letras mayúsculas para colorear, atendiendo a la diversidad, fomentando la creatividad y la autonomía personal, contribuyendo a la adquisición de las competencias básicas con un currículo innovador, a la par que novedoso...)

Menos mal que hemos tenido el grandísimo acierto de escoger esta peli para nuestra sesión cinematográfica de los viernes noche.

Menos mal que tengo a Daniel Pennac para sacarme del vómito y del astío, para recordarme que otra Educación es posible.
Menos mal que hay maestras, como mi M, que sí creen en la Educación, que sí innovan, que sí se plantean el por qué y el para qué de lo que hacen, día a día, en sus aulas.
Menos mal que mañana es sábado y, a las doce en punto, estaré celebrando, con el maravilloso personal de la Escuela Municipal de Cerámica de Avilés, en la que he pasado algunos de los mejores momentos de mi vida, y los que pasaré (D. m.), sus 25 años de existencia.
Menos mal que, después de treinta años, treinta, de profesión, todavía soy capaz de ilusionarme y seguir luchando por la Educación en la que creo.

miércoles, octubre 15, 2008

La vida mágica de los acontecimientos

Descubrí a sir Johh Eliot Gardiner gracias a mis hermanos musicólogos, siempre atentos a las novedades del panorama musical, de la música clásica, se entiende, y pelín quisquillosos (o puristas) en lo que a interpretaciones se refiere.
Sin embargo, la primera vez que escuché el Réquiem de Mozart. interpretado por los English Baroque Soloists y el Coro Monteverdi comprendí que tenía que darle la razón a mi hermano L.: ni siquiera la de Claudio Abbado, que goza de su beneplácito (y del mío), podía compararse a la de sir John.
(El garabato de la derecha es el autógrafo de sir John, que tuve los güevos de pedirle)
Desde entonces, la música de este estirado y peculiar director ha sido una constante en mi vida. Me ha acompañado en mis momentos de soledad (hasta ahora, sólo he podido compartir esta bonita afición con una de mis novias), en algunos paseos por Xagó, mientras pinto mis mandalas o medito, cuando me meto a remojo en la bañera... En fin, que me ha acompañado y, sobre todo, me ha hecho disfrutar lo que no está en los escritos.
Así que, cuando, a principios de año, me enteré de que sería él quien inaugurara la Temporada de Conciertos del Auditorio de Oviedo supe que, esta vez, no me lo perdería.
Y no me lo perdí, gracias a que mi madre se pasó más de una hora en la cola, hasta que llegó mi hermano L. y compró las entradas para casi toda la familia

Fueron dos horas de éxtasis total, de disfrute puro y duro. Dos horas en las que sólo existió la música de Beethoven, Gabrieli, Bach, Schütz y Brahms. Un auténtico regalo para los oídos.
Y para el alma.

viernes, octubre 10, 2008


¡¡¡¡¡Feliz puente!!!!!
Que empiezo a celebrar esta misma tarde, dentro de un ratito, ya, con este evento ME-MO-RA-BLE.

sábado, octubre 04, 2008

El extraño caso de la (maldita) tortilla de merluza

Siendo, como soy, de natural cumplidor y, a la par, solícito, no me quedó por menos que disponerme a satisfacer las demandas de mis fieles seguidoras y, a la vez, intentar tender un puente, o liana, que acercara los extremos del abismo, abiertos a causa de la (maldita) tortilla merluza.
Ingredientes (para cuatro personas)

1/2 kilo de merluza (de la parte del lomo), del pinchu, del Cantábrico.
2 cebollas (1 pequeña y 1 grande)
8 huevos de aldea
Aceite de oliva virgen
Sal gorda y sal fina.

Elaboración

Seleccionar el lomo (el resto, de la merluza, puede consumirse al gusto, bien a la plancha, bien a la marinera...) y cocerlo, junto con la cabeza, añadiendo al agua de cocción un buen chorro de aceite de oliva y la cebolla pequeña, partida en trozos. Salar al gusto con la sal gorda.

Separar y desmenuzar el lomo.
Extraer de la cabeza las partes blandas.

Colar y reservar el caldo para futuros destinos culinarios (próximamente en esta pantalla, amigas). Congelar.

Pochar la cebolla hasta que quede transparente.

Mezclar la merluza con la cebolla y el huevo, batido a conciencia. Salar al gusto con la sal fina.


Cuajar la mezcla en la sartén, procurando dejar una cara más blanda que la otra.

Doblar la tortilla al ponerla en el plato.
Acompañar con ensalada o salsa de tomate (preferiblemente murciano) casera.

Aviso: De consumirse a la hora de la cena, esperar un tiempo prudencial (dos horas, o así) antes de quedarse dormida como un cesto, para evitar una mala digestión y los consiguientes trastornos derivados de ésta: malestar general, insomnio, diarrea, vómitos, dos días a dieta rigurosa, repugnancia hacia la tortilla, en general, y hacia la de merluza, en particular, maldecir (hasta en arameo) la propia glotonería, etcétera.

 
Free counter and web stats