miércoles, mayo 21, 2008

La vida clarificadora de las imágenes


(Jenni Ferbeals en su época de Flash Dance)
El otro día va Ohne y manda un correo al grupillo Mitadelcamino en el que, junto con esta foto de Jenni Ferbeals, apunta: ¿No se os parece aquí a la foto de Mármara en su época progre?
Yo, que andaba pelín distraída de este mundo, y del mundo, en general, por aquello de la maratón de curro que me estoy metiendo entre pecho y espalda por causa de mi mala cabeza (que si tuviera, un suponer, la de la propia Ohne, otro gallo me estaría cantando), miro la foto, la comparo mentalmente con la que dice Ohne y pienso que qué más quisiera, yo, que parecerme a Jenne Ferbeals.
Errante dice que le parece que yo soy/era más guapa que la susodicha, para luego descolgarse con un Pero qué cabroncilla la Onhe..., Ohne insiste con que, efectivamente, me doy un aire a Jenni, o ella a mí, que para eso es más joven, y aporta sus pruebas, a lo que Ms Baggesen responde Qué cabeza tiene la cabroncilla, sí..., y se retrotrae a la época en cuestión, que en mi caso eran veintiocho y en el suyo, digamos, por decir algo, unos cuantos menos.
Ayer, en plena vorágine, y sobrecarga cognitiva, después de haber subido los setenta escalones que separan la calle de mi hogar, releyendo un artículo sobre El discurso indagador: cómo co-construir el conocimiento, después de haber asistido, en Oviedo, a la ponencia sobre las Comunidades de Aprendizaje, de uno de mis popes favoritos, haber despachado el correo electrónico y haber planificado, minuto a minuto, con mi compañera Happy, la reunión del seminario que nos tocaba coordinar por la tarde (que para eso releía el artículo sobre la co-construcción), mientras abría la puerta (motivo por el cual tuve que dejar de leer)se me vienen a la cabeza las fotos y pienso, ¡Leches!, pues no sólo es que nos demos un aire, Jenni y yo, es que, como bien dice Errante, yo era bastante más mona, de aquella. ¿O no?
Lo que, parece ser, le intriga a Ms Baggesen, que se perdió la foto actual-actual que puse en el Messeger un día que ella no estaba, es si seguiré pareciéndome a Jenni o, en su defecto, no.
Para darle una pista, aquí dejo este testimonio gráfico al objeto de que puedan realizarse las comparaciones pertinentes.
NOTA: Las imágenes que contenía esta entrada se han autodestruido.
 
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