Llevo un mes de periplo, por los bonitos pueblos de la geografía asturiana, visitando centros educativos. Ora en la montaña, ora en la costa, ora en los barrios, ora en el centro de las ciudades. Es una de las partes que más me gusta de mi trabajo actual. Oyes, que lo disfruto que más no lo puedo de disfrutar. Uno, por lo que aprendo, otro por lo que charlo (que es que a mí me gusta mucho eso de dar la parpayuela*), y otro más por lo que veo, u observo.
Ayer, por ejemplo, vi, por primera vez en mi vida esta flor.

Es la flor de la planta del cabalacín, que da dos flores: la masculina, que se muere rápido, y la femenina, que tiene como tallo al calabacín. La vi en un huerto escolar. Diz la mi M que los huertos escolares no tienen sentido (pedagógico). Yo, ignorante, pensaba que sí, pero ella, que sabe mucho, mucho, de pedagogía dice que no, y me ha dado tales argumentos que he tenido que terminar por darle la razón.

Es la flor de la planta del cabalacín, que da dos flores: la masculina, que se muere rápido, y la femenina, que tiene como tallo al calabacín. La vi en un huerto escolar. Diz la mi M que los huertos escolares no tienen sentido (pedagógico). Yo, ignorante, pensaba que sí, pero ella, que sabe mucho, mucho, de pedagogía dice que no, y me ha dado tales argumentos que he tenido que terminar por darle la razón.
He visto muchas cosas estupendas en los centros que he visitado. Y otras que me han puesto os vellos como escarpias, que me han devuelto a los momentos más oscuros de mi infancia, los que pasé en el colegio de las RR MM Ursulinas de Jesús. Y otras, las peores, que, como me díjeron ayer, en un Seminario de los que he cordinado este curso, me ponen en al borde del ictus.
Las cosas estupendas las difundo de un cole a otro y las pongo en mis blogs profesionales (cinco, gestiono, aparte de este) para que sirvan de ejemplo e inspiración a quienes creen y trabajan en pro de la verdadera Educación.
Las otras me hacen sentir vergüenza de mi profesión.
Esta mañana, por ejemplo, estuve en el cole de un barrio de la periferia. Un barrio desfavorecido, con familias desfavorecidas (paro, desestructuración familair...). Entré, con el profe de EF, en un aula de 3º de Primaria. Veintiún criaturas de ocho y nueve años, sentaditas en fila, separadas unas de otras (para que no hablen, para que no den la lata), haciendo fichas aburridas (fotocopias en blanco y negro), reiterativas, sin sentido (pedagógico). Junto a la mesa de la maestra, una niña se afanaba en copiar doscientas veces (¡doscientas!) "No volveré a mentir". En la última fila, un niño repetía jugada con "No debo jugar al balón dentro del colegio".


(Aula de 2º de EP en el mismo centro)
Es en esos momentos, y otros similares, cuando me gustaría hacer como la directora del cole de Matilda, agarrar a la maestra, o al maestro, por los pelos y lanzarlo por la ventana. O sugerirle, como diz la mi Marcela, que ponga una mercería y deje de joder a criaturas indefensas.
Es en esos momentos, y otros similares, cuando me gustaría hacer como la directora del cole de Matilda, agarrar a la maestra, o al maestro, por los pelos y lanzarlo por la ventana. O sugerirle, como diz la mi Marcela, que ponga una mercería y deje de joder a criaturas indefensas.
Como no puedo hacer ni una cosa ni la otra he firmado este manifiesto, al que me adhiero al cien por cien: el manifiesto "No es verdad". Porque, verdaderamente, otra escuela es necesaria y posible.
Si os fiáis de mi criterio (pedagógico), si me queréis un poquito, por favor, firmarlo.
*Parpayuela (del bable). 1.Charlar, dar la lengua (hasta por los codos).