lunes, marzo 12, 2007

A través del espejo



Uno de los refranes preferidos de mi madre es: Ningún gochu se güel (en castellano, que tiene menos gracia, ningún cerdo se huele). Nos lo espeta, a mis hermanos y a mí, cuando le recriminamos alguno de sus comportamientos, para decirnos que antes de criticarla miremos a ver si no estamos haciendo lo mismo, o peor.
Sin saberlo, y haciendo uso del acervo popular, mi madre enuncia (a su manera, y sin tenerla en cuenta para nada que no sea "no me digas lo que hago mal"), la teoría del espejo.
Los espejos, según esta teoría, son personas que la Vida pone en nuestro camino para que veamos en los demás el efecto de nuestros actos.
Hace tiempo que soy consciente de ello, sin embargo, a veces se me olvida y doy en criticar (y lo que es peor, en juzgar y condenar), sin darme cuenta de que lo que critico (juzgo y condeno) es lo que me cuesta la vida reconocer en mí.

8 comentarios:

Kansspel dijo...

creo que o soy ciega o soy una arrogante... no termino de ver espejos a mi alrededor...
seguiré pensando
saludos mármara

Julia Ardón dijo...

Exacto. Así es. Te recomiendo "Espejos" de Nicole Dumont. Una obra que trata precisamente acerca de este tema.

Marcela dijo...

Supongo que también es por temporadas ¿no? Hay veces que vemos más y veces que vemos menos. Yo no siempre estoy para estudiarme a fondo, hay temporadas que paso hasta de mí, y en otras ocasiones me miro mucho y veo lo que más rabia me da y no acabo de cambiar.

Anca Balaj dijo...

Tienes un blog hermoso...un placer pasear por aquí.

Sobre el espejo, yo pocas veces (miento, niguna, nunca, jamás) me reconozco en quienes que juzgo. Creo que todavía necesito alguna lección sobre este aspecto de la vida.
No hay de que preocuparse, seguro que llega a su tiempo.

Mármara dijo...

Gracias, A Minúscula. El tuyo, que hace tiempo que no visito, me gusta mucho.
Para reconocerse en quienes criticamos o juzgamos, es necesario pararse y mirar dentro de una. Pararse mucho, mirarse mucho y plantearse mucho. Y estar dispuesta a aceptarse con lo bueno y con lo menos bueno. E intentar comprender por qué reaccionamos de una manera u otra ante según qué estímulos internos.
A mí me ha servido para conocerme y, sobre todo, para hacerme cargo de mí misma.
Gracias por la recomendación, Julia, lo anoto en mi interminable lista de lecturas pendientes.
Es cierto, marcela, que hay temporadas en las que dan ganas de pasar hasta de una misma, y pasamos, lo pero es que como en este tema no dan vacaciones, cuando retomamos (a mí me pasa eso) es peor el remedio que la enfermedad.

Ripley dijo...

supongo que es inevitable, pero estoy con Marcela, va por temporadas. Lo bueno está en saber darnos cuenta de que lo hacemos y corregirlo, algo que mucha gente no es capaz de hacer.un beso

La Maldita dijo...

Puff, a mi me funciona muy bien en la vida lo de ten cuidado con lo que dices, que te pasa. Me acuerdo de la vez en que me reí de una chica por haber necesitado siete convocatorias para aprobar Química y cuatro para sacar el carnet. Me reí muchísimo y la llamé de todo, y un año después estaba yo en la misma situación, bien merecido!!

Mármara dijo...

Si es que, como diría mi madre, "no escupas para arriba, que te cae en la boca". Y así es, La Canija, así es.

 
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