jueves, julio 19, 2007

La vida mágica de los viajes


Vuelvo a Italia. Por fin, después de veintiséis años, veintiséis, vuelvo.
No sé que habrá sido de estos trozos de Constantino, el Grande, si seguirán aparcados en el mismo sitio, si se los habrán llevado a otro más digno. Y no podré comprobarlo porque esta vez no voy a Roma. Vuelvo a Florencia y a Venecia, ciudades que visité un poco de pasada en aquel primer viaje en el que recorrí, entrando por Génova, media Italia.
Acababa de licenciarme en Historia del Arte, pero sabía muy poquito de la vida, en general, y de la nocturna, en particular. Mi compañera de viaje, y gran amiga (nombre de guerra Váyolet), absolutamente lega en la materia, soportó con estoicismo el tute que nos dimos recorriendo los lugares que había llegado a aprenderme de memoria mientras estudiaba la carrera. Sólo se quejó dos veces. Una, cuando después de recorrer media Roma, a pie, llegamos a San Carlino alle Quattro Fontane. No daba crédito a que la hubiera arrastrado hasta allí para contemplar una fachada, para ella, insignificante, y cuatro fuentes mugrientas y que, para mayor escarnio, de la puerta colgara un cartel que nos encontramos demasiadas veces, aquel verano: chiuso per restauro. Otra, cuando después de ascender por la escalinata de S. Miniato al Monte, con un calor de justicia, se encontró una iglesia desnuda y, siempre según su particular visión, humilde.
Pero lo pasamos de miedo. Yo le mostré lo que sabía y ella me inició en los secretos de la noche, absolutamente desconocidos para mí, en aquella época.
Cuando me encuentre, de nuevo, frente a S. Miniato, no podré por menos que llamarla por teléfono. Y nos reíremos juntas del episodio que vivimos allí y que os contaré a la vuelta, en un post que ilustraré con una de las cientos de fotos que sacaré con mi cámara nueva, que para eso me la he comprado.

3 comentarios:

Blueyes dijo...

Divierteteeee, y deja mis saludos en Florencia, ciudad a la que me prometí volver enamorada.
Un beso

Morgana dijo...

Mármaraaaaa, feliz Italiaaaaa!! yo también vuelvo... y me habría encantado una historiadora del arte como compañera de viaje para entender bien todo lo que vi.

Qué buena idea llamarla.

Feliz viaje, compa, feliz ida, feliz vuelta y feliz verano!!

Mari Triqui dijo...

Qué rico!, estoy deseando que lo cuentes para disfrutarlo...
Un beso

 
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