Aquí mi bola nº 84 (la 83 me la ha regalado Ojos Verdes, pero tendré que esperar a septiembre para que pase a engrosar oficialmente mi colección), aquí mi amable concurrencia.
Pues sí, no podía ser de otra manera, ésta me la he comprado yo misma, allí mismo, concretamente en el Mercado de S. Lorenzo, el del cuero, después de haberme extasiado ante el David, la Piedad de Palestrina y la serie de esclavos para la tumba del papa Julio II, que nunca llegó a terminar (ni falta que le hizo), de camino al hotel a recoger las maletas y viajar hasta Venecia, donde no me compré un jersey a rayas ni me bañé en la playa, pero viajé en vaporetto lo que no está en los escritos, y más.
Resulta que ahora las bolas vuelven a estar de moda. A nivel de bola lo tienes casi todo. Por supuesto, el David, el Palazzo de la Signoria, el mismísimo Ponte Vechio, y el de los Suspiros, y las góndolas con San Marcos de fondo..., en fin, todo.
Si no fuera porque llevaba las ideas muy claras, a este respecto, y me obligué a mí misma a no ceder a la tentación del cosumismo bolil (ni a ningún otro), hubiera venido cargadita. Pero me traje ésta, y sólo ésta, por varias razones: porque es la única que tengo con la peana de madera (se vuelva) de las bolas clásicas, por todas las veces que pasé por la Piazz del Duomo (el puto Duomo; todos los caminos conducen al Duomo) y, sobre todo, para poder volver, antes de que pasen otros veintiséis años, y traerme a David o a S. Miniato, al que tuve que conformarme con contemplar desde la lejanía.
(Música recomendada para este post, of course, O mio babbino caro, por María Callas, Sarah Brigthman o, preferiblemente, Kiri Te Kanawa)
Pues sí, no podía ser de otra manera, ésta me la he comprado yo misma, allí mismo, concretamente en el Mercado de S. Lorenzo, el del cuero, después de haberme extasiado ante el David, la Piedad de Palestrina y la serie de esclavos para la tumba del papa Julio II, que nunca llegó a terminar (ni falta que le hizo), de camino al hotel a recoger las maletas y viajar hasta Venecia, donde no me compré un jersey a rayas ni me bañé en la playa, pero viajé en vaporetto lo que no está en los escritos, y más.
Resulta que ahora las bolas vuelven a estar de moda. A nivel de bola lo tienes casi todo. Por supuesto, el David, el Palazzo de la Signoria, el mismísimo Ponte Vechio, y el de los Suspiros, y las góndolas con San Marcos de fondo..., en fin, todo.
Si no fuera porque llevaba las ideas muy claras, a este respecto, y me obligué a mí misma a no ceder a la tentación del cosumismo bolil (ni a ningún otro), hubiera venido cargadita. Pero me traje ésta, y sólo ésta, por varias razones: porque es la única que tengo con la peana de madera (se vuelva) de las bolas clásicas, por todas las veces que pasé por la Piazz del Duomo (el puto Duomo; todos los caminos conducen al Duomo) y, sobre todo, para poder volver, antes de que pasen otros veintiséis años, y traerme a David o a S. Miniato, al que tuve que conformarme con contemplar desde la lejanía.
(Música recomendada para este post, of course, O mio babbino caro, por María Callas, Sarah Brigthman o, preferiblemente, Kiri Te Kanawa)
10 comentarios:
Bienvenida, cara bambina. Te dije alguna vez que Florencia es mi ciudad preferida de todas las que conozco???? lo es.
Viajo el 10, ya te contaré más :oP
Besiness
Eso del vaporetto es una maravilla, la verdad es que llevas un verano envidiable, y que dure.
Un saludo
Es cierto, no me puedo quejar del verano que llevo. Primero el balneario, tres semanitas de trabajo, y a Italia. Y ahora, al "dolce far niente", las tardes en la playa, cuando el tiempo lo permita, la lectura... No, la verdad, no me puedo quejar.
Florencia es una ciudad maravillosa, Blue. Hace 26 años no había tanta gente pululando por sus calles, ni colas kilométricas para entrar en los sitios. Quizás el próximo viaje (D. m.) lo haga en primavera, para poder disfrutar un poco más de la ciudad.
Jajaja, de todos modos, no es para llamarte freak, quien lo hace no tiene ni idea... a menos que lo diga en el sentido de "coleccionista" o "apasionada".
Un beso
(Es bonita, y eso que yo no soy de bolas)
Tienes razón, aMinúscula, Ojos Verdes, que es quien ha calificado de freak mi colección, no tiene mucha idea del significado, pero se lo perdono. Entre otras cosas porque gracias a ello, oyes, tendremos un tema extra de conversación, que nunca está de más.
Me alegro de que te guste. Estoy encantada con ella, por el lugar del que la traje y porque se aproxima, como ninguna, a uno de los motivos por los que empecé a coleccionarlas.
dentro de poco voy para allá, bonito recuerdo.
salu2.
tx
Pena de San miniato, oiga, que está donde cristo perdió el mechero, pero es precioso. Veo que tu viaje ha ido genial, qué bien.
Pena, sí, aunque gracias a esta circunstancia ya tengo disculpa para volver.
Txanba, has de llevarte un sombrerillo, pa la caló sofocante, y un termo para el agua fría (el litro se cotiza a precio de oro). Ojalá lo disfrutes tanto como yo.
Bienvenida. Es curioso cómo vamos conociendo cosas de las otras a través de estas pequeñas cosas, supongo que ahora, cuando vea una bola de estas,me acordaré de ti. un besito
Seguro que sí, Ripley, seguro que sí. Cuando empecé esta colección no tenía ni idea de que,con el tiempo, se convertirían en una oportunidad para acordarse de mí.
Un motivo más para valorarlas.
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