miércoles, diciembre 19, 2007

La vida pérfida de los sueños (y II)


Ayer fue el día. No hoy, como estaba previsto, sino ayer. Al final no fueron tres horas de reunión, sino tres porciones en el antes, durante y después, de uno de los cursos que organizo y al que ella (Ojos Verdes) asiste. La tercera porción en plena calle, con un frío ensordecedor, dedicada a quejas y lamentos varios (los suyos) y subirle la moral (yo), que la tiene al nivel de la sexta galería de la mina de La Camocha (ésa que va bajo el mar), la muchacha. O sea, hacerse cargo del panorama.
Claro, llegó un momento en el que ya se nos caía el moquillo y las orejas amenazaban con hacerse trizas a causa de la congelación inminente, así que le dije que estuviera atenta al correo electrónico que le iba a mandar mi opinión sobre los trabajos infantiles que me había enseñado y un comentario reposado sobre las cuestiones que me había planteado. Y nos despedimos.
Total, que esta noche, a eso de las cuatro de la mañana, me despierto y me sorprendo a mí misma recitando las siguientes palabras a modo de letanía: aprendizaje significativo, porfolio, aprendizajes formales e informales, pedagogía del tiempo...
A las seis y veinte: pedagogía del cariño, aprendizaje por proyectos, cooperativo, entre iguales...
A las siete y media: vuelta al aprendizaje significativo, el porfolio, la pedagogía del tiempo, etcétera, etecétera, etcétera.
A las ocho menos diez me levanto, desayuno, pinto un cachito de mandala, me siento al ordenador y pongo en limpio el resultado de mis sueños.
Pedazo de artículo me ha salido, pe-da-zo. Se me va a quedar Ojos Verdes con los ídem como platos, cuando lo lea. Ahora bien, del subidón, del que son responsables los personajes de la foto (ya puedes estar tranquila, Albahaca), ni rastro.
No hay mal que por bien no venga.

10 comentarios:

Blasfuemia dijo...

Vas bien, vas bien, con pasito de hormiguita, ritmo lento pero constante, gota malaya en el corazón ajeno... Pues yo veo futuro aquí, eh.. Eso sí, otro día, en lugar de moquear en la calle, proponle ir a moquear un rato a tu casa, ya sabes, la de bibliografía y material que tienes ahí.. etc etc etc

Mármara dijo...

Jajajajaja, me mondo. Y, no creas que no se me ocurrió lo que me sugieres, ¿eh?, pero que no, que como dice ese personaje de Lola Van Guardia en "Con pedigree", esta rapaza es hetero-hetero. Y, a mayores, tiene la cabecita MUY mal amueblada. Y, chica, qué quieres que te diga, pero para desbarajuste decorativo, "a nivel" de azoteas, con el mío tengo bastante. Para unas risas y unos empujones, fenomenal, para algo más...¡vade retro, Satanasa!, por si las moscas.

Blasfuemia dijo...

Venga, me has convencido. No por lo de que sea hetero-hetero, que eso nunca se sabe... pero lo de la cabeza MUY (así, con mayúsculas) mal amueblada es un dato contundente. Así que me congratulo de que lo tengas tan claro. Disfrutarás más del picoteo si no esperas una gran comida.

chusbg dijo...

No digo yo que no esté mal hacer realidad este sueño tan gratificante pero debes recordar lo que prometiste hace unos post: "Así que, desde aquí lo digo, hoy mismo empiezo a leer una novela. Y no se hable más". También es muy gratificante y satisfactorio y viene muy bien para la mente. jajaja, es todo broma, ojalá sea lo que a ti más te guste y que salga como a ti te apetece. De todas las maneras puede que sea hasta compatible.

Un saludo

Mármara dijo...

Pues eso es lo que digo yo, Blasf, que mucho mejor disfutar del picoteo, no fuera a ser que luego se me indigestara la comida. Porque, de ti pa mí, lo de hetero y muy hetero, efectivamente, no es garantía de ná.
La novela, ahí está, la pobre, Chus, atascada en la página 87. Por el día, ni mentarla (hay mucho artículo profesional que echarse al coleto), y por la noche llego a la cama que no soy persona. A ver si remato el asuntillo de Ojos Verdes y cierro capítulo hasta el 8de enero.
Gracias por tus deseos.

Anónimo dijo...

Pues sí, tal como la describes, Ojos Verdes me parece más apropiada para un buen sueño que para otra cosa.

Mármara dijo...

Pues sí, Onhe, pues sí. Para un buen sueño, o para montarse un culebrón romántico de tres pares en plan idealizarla, convertirla en imposible objeto de deseo, salvarla de sí misma, abrirle las "entendederas" y todo ese largo etcétera que caracteriza al "amor romántico". Y sufrir. Menos mal que, por una vez en mi vida, he estado lista.
Voy a ver qué me regalo para celebrarlo.

dintel dijo...

Me he reído con la proyección nocturna que nos cuentas. Muy bueno.

Mari Triqui dijo...

Ya lo dices tú: "no hay mal que por bien no venga"... si al final todas esas ilusiones que nos hacemos con los "ojos verdes" que encontramos en nuestro camino sólo -y es mucho- nos sirve para darnos cuenta de lo despiertas que estamos por dentro...
Un abrazo fuerte!

Marcela dijo...

Si es que si ojos verdes es capaz de moquear en la calle sin que se le mueva un pelo por acercarse a buscar tu calorín es que está hecha de plástico fino (que diría la canción); vale para un sueñín, pero no para un aprendizaje significativo.

 
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