martes, agosto 05, 2008

La vida mágica de los viajes

En el verano del 2004 volví al Reino Unido después de veinticuatro años (llega un momento en la vida en el que, verdaderamente, veinte años no es nada). Entre mis planes, tres objetivos prioritarios para Londres, a saber, dos puntos,
-Volver al British.


-Conocer la Tate Modern.
(El puente de Foster desde la terraza de la cafetería de la Tate Modern)
-Ir a Stonehenge.
No tuve problema para cumplir mis dos primeros objetivos, pero para el tercero, en el que me empeñé como suelo hacerlo cuando deseo, verdaderamente, algo, me encontré con alguna reticencia que otra. Tal es así, que la noche antes, en una cena a la que nos invitó una amiga irlandesa de mi amigo irlandés (del Norte), S. comentó que, al día siguiente, íbamos a viajar a Salisbury porque yo tenía mucho empeño en visitar Stonehenge, y hubo quien preguntó, con sincera extrañeza, a qué se debía mi desmedido interés por conocer aquel montón de piedras. Ya tengo dicho, en este foro, que mis conocimientos del inglés son muy, pero que muy, rudimentarios, sin embargo logré hilar esta respuesta:

-Because I'm history teacher, bacause I love very much the human history and because I want to be there.

Todo seguidito, con gran decisión, a la par que contundencia, y una pronunciación tan aceptable como para que todo el mundo me entendiera, y como para que mis amigos, un irlandés, un asturiano y un porteño, los tres residentes en la capital de le Güayán Uní (de puán) se plegaran a mis deseos, ya, sin rechistar.

No pude acercarme al círculo mágico ni tocar las piedras. Tuve que conformarme con rodearlo y contemplarlo desde la lejanía, sin embargo, eso no restó un ápice la emoción que sentí al verme allí, después de tantos, tantísimos, años de espera.
Ayer, durante el paseo matinal de Tiza y Bilbo, el relato de Clara Sánchez, en la sección Viajes con suspense, de EPS, El santuario del sol, me recordó las emociones que viví, hace cuatro años, en Stonehenge. Y, sobre todo, me devolvió una sensación que había perdido:
-No te preocupes por la rodilla -le dijo Opra-, se te curará en cuanto creas ciegamente que se te va a curar.
A Umma sólo se le ocurrió murmurar:
-Creer ciegamente.
Sí, se puede creer ciegamente. Sí, se puede tener el convencimiento pleno de que es posible conseguir todo aquello que realmente deseas. Se consigue. Lo sé porque me ha pasado muchas veces. Cuando deseas algo, verdaderamente, el Universo entero conspira para que lo consigas (El Alquimista, Paulo Coelho).
Ahora que lo pienso, quizás mi problema resida en que no tengo claro qué es lo que, verdaderamente, deseo. Quizás.

17 comentarios:

Anónimo dijo...

Mmmmmmmmm, yo no creo que todo lo que se desea con fuerza se consiga. De hecho, si me dan a elegir, le otorgo más credibilidad a los Reyes Magos y al Ratoncito Pérez que a eso, por mucho que diga Paulo Coelho, oyes.
La mejor manera de no quedarte sin certezas es ser un escéptico. (La calor, que mala me pone)

Anca Balaj dijo...

Es que en ese momento de la vida en que veinte años no son ná, da un poco de miedito desear algo con fuerza, por si se cumple. Al menos es mi caso.

Un beso

Anónimo dijo...

Me encantaría preguntarle a Coelho si él cree en su optimismo, o si más bien ese "desear" es activo y uno debe ser consecuente con lo que de verdad desea, además de conspirar con el universo. ¿¿??

Leonor Cabrera dijo...

Yo sí creo que aquello que deseamos con fuerza, mucha fuerza, se acaba consiguiendo. Es más, acaba llegando sin saber demasiado bien cómo, más bien como una confabulación. A mí me ha pasado, lo prometo. Y por cierto, gran Tate Modern. ¡Me encanta!

errante dijo...

Te paso por alto lo de Paulo Coelho, pero, en mi opinión, que también puedo decir que veinte años no son nada, desear algo con fuerza o creer ciegamente en algo no es necesariamente un paso previo para que algo suceda. Es más, en ocasiones puede ser contraproducente. Prefiero dejarlo todo en manos del azar, como la vida misma.

Rara Avis dijo...

Pues como no he estado nunca allí, me los apuntaré todos...

besitos

Mari Triqui dijo...

Qué bonito tu post...
No estoy muy segura, aunque quiero creer que las cosas que de verdad deseamos se cumplen... da tranquilidad sentir así, sabiendo que lo que aún no hemos conseguido es sólo porque aún no lo hemos deseado...
Un beso, feliz día...

Anónimo dijo...

Da miedo eso de desear algo con tantas fuerzas que el universo se vea obligado a conspirar... y si luego resulta que eso que deseabas no te gusta tanto como pensabas? Personalmente prefiero gozarme con lo que va viniendo. Cada quien...

dintel dijo...

Por experiencia propia ya te digo yo que el Universo Entero tiene otras cosas más importantes que hacer que ayudarme con mis deseos.

Mármara dijo...

Ya sabía yo que mentar a Coelho iba a "levantar ampollas". Cómo nos vamos conociendo :P
Estando, como estáis, en alerta naranja, no me extraña que te pongas mala, querida Ohne. Respecto a las certezas y los escepticismos, y el Ratoncito Pérez y SS MM los RR MM de Oriente, casi que no te voy a decir nada. Yo soy fan acérrima de los cuatro. Y del Hada Madrina, a mayores.
Sí que da miedín, sí, pedir, aMINÚSCULA, sobre todo, cuando has pedido, se te ha concedido y, como decía Sta. Teresa, "Se han derramado más lágrimas por los deseos concedidos que por los no alcanzados". Es por ello, oyes, que llevaba años sin pedir, por si las moscas.
Lu, si me permites la sugerencia, en vez de preguntarle yo a Coelho, pregúntate tú a ti misma, seguro que encuentras una respuesta mucho más útil.
Errante, prenda, mucho te agradezco que me pases por alto lo de Coelho (ja-ja-ja) Y te apunto: no sólo ye cuestión de desear, si no de creer ciegamente(que es lo más complicadito).
Lowana, quienes hemos pedido y hemos conseguido sabemos que es posible, otra cosa es que hayamos pedido "mal" y eso nos haya pasado factura.
Glora, ¿has leído el relato de Clara Sánchez? A mí me he dado las claves, claves que tenía, pero que se me habían despistado. También ocurre que, a veces, pedimos algo para lo que no estamos preparadas y el Universo, tan sabio, él, nos permite prepararnos para disfrutarlo. Estoy convencida.
Ayshane, bienvenida. Londres, como tantas ciudades, incluida la mía, que es un cogollín, nos ofrece mil oportunidades de disfrutar con lo que más nos guste. ¿La Tate Modern? La Tate Modern, y Portobello, y La National Gallery, y el Coven Garden y Saint James Park... Para todos los gustos, tiene.

Mármara dijo...

Nos hemos cruzado, Dintel :)
No obstante, te diré que para el Universo tú eres tan importante como la que más. Formas parte de él. Una parte imprescindible. Aunque sólo sea, si queremos ponernos pragmáticas, porque nuestro cerebro, del que sólo aprovechamos el 5% de su potencial, es capaz de influir en tantas vidas que, si fuéramos conscientes, tendríamos más cuidadín con lo que pensamos, incluso de nosotras mismas.

Calvin dijo...

Cielo, no le hagas caso a esas dos de la alerta naranja... les pienso dar un pesco la próxima vez que las vea por escépticas.

Marigel dijo...

Pues yo no creo ciegamente en nada, por si se me comple (ja,ja,ja, como dice uminúscula.
Pero sí que es verdad que he creído en que alguien tenía que quererme y parece que, al final, lo estoy consiguiendo (aunque, la verdad, todabía no me lo creo mucho).
Un beso.
No sé por qué, pero me apetece darte un beso, de conocimiento.

Unknown dijo...

stonehenge... es uno de los sitios del mundo k más me apetece conocer...

Mármara dijo...

No te has de preocupar, Baggesen, no voy a hacerles ningún caso, a este par de escépticas, en este asunto. Pienso seguir creyendo en los RR MM, el Ratoncito Pérez y el Hada Madrina. Ea.
Es que, hay que creer, Marigel, hay que creer como paso previo para conseguir lo que queremos. Y sino, mira a Nadal y a la selección de fútbol. Podemos. Y pudimos.
Has de ir, Ad Astra, has de ir. Vedaderamente es un lugar mágico. Y ya, si estás allí durante el solsticio de verano, ni te cuento.

Blau dijo...

ummmm yo tengo que ir a esos museos...tu misma me lo dijiste....hala.

Un beso

ConchaOlid dijo...

Quizás...pero lo sabrás.

 
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