Se quedó pensando y luego me repitió algo que había dicho muchas veces durante el último año: “Fueron santos”. Como si esa santidad le garantizara que, efectivamente, tenían poder suficiente
para venir desde el cielo para llevarla a su lado.
(24 de enero de 2009. Quiso celebrar este cumple, quizás porque sabía que no llegaría a celebrar los 100)
El día que se murió, lo primero que le dijo a mi hermana, que llegó muy temprano a su casa, alertada por la mujer que la cuidaba fue: “A la que encontré más desfigurada fue a mamá. Fíjate que casi no la reconocí”. Y luego, a otro de mis hermanos, mientras tomaba un café con leche, y UNA galleta: “¿Qué hace toda esa gente de pie? Que se sienten…”.
Pero no, a tía E no se le había ido la pinza, no se le fue en todo el día, no tuvo alucinaciones, como hace un año y pico, cuando creímos que le había llegado la hora, mantuvo la misma lucidez hasta que se durmió y dejó de respirar.
Pero no, a tía E no se le había ido la pinza, no se le fue en todo el día, no tuvo alucinaciones, como hace un año y pico, cuando creímos que le había llegado la hora, mantuvo la misma lucidez hasta que se durmió y dejó de respirar.
(Escena familiar en la playa de Gijón. 1968. Tía E, de pie, abrazando a mi hermana y a mi padre. Tía L, sentada, de negro, delante de mí)
Así que lo que quiero pensar es que vinieron a buscarla, para que no tuviera miedo durante el viaje (porque era muy miedosa, mucho), para reunirse con de nuevo con ella para siempre.
Tía E era, y lo seguirá siendo, una de mis titas del alma. Una de las pocas personas que me ha querido incondicionalmente. Una de las pocas personas que comprendió y disculpó los excesos de mi carácter y me los perdonó, sin pedirme, nunca, cuentas por ellos; que se alegró con mis éxitos, reconoció mis habilidades y siempre, siempre, tuvo una palabra amable y cariñosa para mí; que me atendió, cuidó y mimó desde que nací. Como quiso, atendió, cuidó y mimó a mi padre, su hermano pequeño, y a toda su familia.
Así que lo que quiero pensar es que vinieron a buscarla, para que no tuviera miedo durante el viaje (porque era muy miedosa, mucho), para reunirse con de nuevo con ella para siempre.
Tía E era, y lo seguirá siendo, una de mis titas del alma. Una de las pocas personas que me ha querido incondicionalmente. Una de las pocas personas que comprendió y disculpó los excesos de mi carácter y me los perdonó, sin pedirme, nunca, cuentas por ellos; que se alegró con mis éxitos, reconoció mis habilidades y siempre, siempre, tuvo una palabra amable y cariñosa para mí; que me atendió, cuidó y mimó desde que nací. Como quiso, atendió, cuidó y mimó a mi padre, su hermano pequeño, y a toda su familia.
(Rodiezmo 1964)
Soy consciente de que noventa y nueve son muchos años, demasiados, sobre todo para ella, que vivió los últimos dos confinada en una silla de ruedas, dependiendo, para TODO, de las mujeres que contratábamos para que la atendieran.
(Tía E en primer plano)
Soy consciente de que le sobraron esos dos últimos años, en los que se fue consumiendo, poco a poco, sin nadie a quien cuidar, sin poder tejer ni coser ni leer, ni levantarse de madrugada a tomar su cafetín con leche, viviendo para ese momento del día, que a veces ni se producía, en el que alguien de la familia llegaba a visitarla y la sacaba, aunque fuera por un instante, de la tristeza que suponía para ella tener que vivir con una extraña, sin nadie "de casa" que durmiera a su lado, que le preparara la comida como a ella le gustaba, que la quisiera, la atendiera y la mimara como ella había hecho mientras pudo.
Soy consciente de todo. Por eso no puedo evitar sentir una tristeza profunda, a pesar de que casi todas las veces que pienso en ella, que son muchas al cabo del día, me vengan a la cabeza recuerdos de los momentos más felices de mi niñez. De mi vida.
Me consuela que se haya ido en su casa, en su cama, como siempre deseó, rodeada de casi todas las personas a las que más quiso, y que estuvimos más cerca de ella durante los últimos años.
Me consuela saber que, tal y como le dije, vinieron a buscarla y que no tuvo que hacer ese último viaje sola.
Me consuela que se haya ido en su casa, en su cama, como siempre deseó, rodeada de casi todas las personas a las que más quiso, y que estuvimos más cerca de ella durante los últimos años.
Me consuela saber que, tal y como le dije, vinieron a buscarla y que no tuvo que hacer ese último viaje sola.
31 comentarios:
Se me encoge el corazón con cada una de las palabras que has escrito. Cómo se nota cuando se escribe con el corazón. Me has conmovido, Mármara.
Vinieron a buscarla. Nadie hoy día cree que eso sea posible: "el sueño de la razón". Tal vez. Mi abuela y mi abuelo maternos también tuvieron visita:
http://poralgolodigo.blogspot.com/2009/06/cortos-viajes-al-pasado-mitos.html
Un abrazo muy fuerte
Ahora ya está tranquila y en paz. se me han escapado un par de lágrimas leyéndote. ¡no sabes bien cómo entiendo ese sentimiento! a mi me pasó con la hermana mayor de mi padre, que por la diferencia de edad con mi padre, fue para mí como una abuela a la que quise muchísimo, más que a las verdaderas abuelas, y a quien hoy en dia sigo recordando. Murió de cáncer de mama. no quise ir a verla el último día al hospital porque quería mantener un recuerdo bonito de ella y no soportaba quedarme con esa última imagen de ella. quédate con eso, que has tenido a alguien muy especial en tu vida, no todo el mundo tiene esa suerte. un besazo y ánimo
Marmarita, un abrazo.
Fía, yo si creo que vendrán, por lo menos mi padre, sin duda. Hacia tiempo que no lloraba con tanto sentimiento por la muerte de mi madre y me da mucha tristeza no llegar a tiempo para verla con vida y si para verla enterrar.
Un beso
Creo que no se puede decir más ni mejor. Un fuerte abrazo, Ceares
Mármara, preciosa, leerte ha sido como leer tu corazón y como destapar algunos recuerdos de la muerte de mi madre. A ella también la vinieron a buscar, no se fue sola... sus seres más queridos fallecidos antes que ella la invitaron a su último baile y ella marchó con ellos, feliz.
Me siento muy unida a ti en tu dolor. Te mando un abrazo profundo y mucho amor.
In memoriam por tía E.
ya sabes que estos días no teng palabras.
Qué precioso homenaje le has hecho a tu tía con este post.
Todas y cada una de tus palabras desprenden el cariño enorme que le tienes y eso te honra a ti y la engrandece a ella porque seguramente es merecedora (aún ahora)de todo ese amor.
Tuvo una vida larga y ahora le ha tocado emprender otro camino, ojalá allí donde esté, te siga cuidando.
un besazo
Lo siento, era la única manera de dejar su silla de ruedas atrás.
Un abrazo muy muy fuerte, Marmarita...
Vivió, y te ha dejado recuerdos felices. Un abrazo.
Es curioso como se utiliza ese "sueño de la razón", Candela, según convega, casi nunca para mejorar nuestra vida y la de las personas de nuestro entorno.Bueno, cada cual que crea lo que quiera creer.
Sé que he tenido la inmensa suerte de que ella estuviera en mi vida, Ripley. No abundan quienes nos quieren tal y como somos, sin pasarnos factura por ello.
Abrazo recibido, Calvin :)
Estabas muy lejos, en lo geográfico, Blaucita, y hay cosas que no se pueden ni prever ni controlar, pero estoy segura de que a tu madre le llegó todo lo que sientes por ella antes de emprender su viaje.
Gracias, Ceares. Tía E fue una de esas mujeres que dio sentido a su vida cuidando a quienes tuvo a su alrededor, que vivió en silencio, a la sombra de sus seres queridos. Todo lo que diga de ella siempre será poco.
Es que, tía E fue una madre para mí, Lenita. La parte de madre que la mía no ha sabido darme nunca. Ojalá que esos recuerdos que he destapado no sean demasiado dolorosos.
Tus palabras me llegan en vivo y en directo, Marcelilla. Y ya sabes cómo me llegan.
Era de justicia, Frab, que le rindiera este pequeño homenaje público, por todo lo que ha significado su vida en la mía. Y por lo que, sin duda, significará.
Qué razón tienes, Dintel. Así lo creo, yo también, y es lo que más me consuela.
Gracias por el abrazo, Glora, que sé que me mandas desde el corazón.
Muy felices, Blasf, muy felices. Incluso de esta última temporada en la que, a veces, me sacaba de mis casillas con sus manías.
Ultima mente no me resultan tan desgarradoras este tipo de despedidas, será porque no creo que haya nada malo al otro lado, o porque creo que los que se han ido YA SABEN aquello que nosotros nos preguntamos.
Tu tía ha conseguido dar este paso valiente, el que quería dar. Y ha conseguido ver este mundo ¡durante 99 años! Maravilloso. Que sepas que al otro lado no existen las sillas de ruedas, ahora ya puede valerse sola de nuevo.
Un abrazo muy fuerte.
Precioso post, que bien que se fue de la mano de su familiares... quizá la muerte sea eso un encuentro con nuestros seres queridos que se han ido antes..
un abrazo
Un abrazo.
Seguro que se ahora mismo está disfrutando de ese cafetín con leche, cosiendo y leyendo...
Un beso enorme.
Qué maravilloso debe ser que cuando alguien piense en ti se le vengan sólo recuerdos felices a la cabeza...
Me ha encantado tu post, precioso.
(yo tambiém creo que han ido a buscarla).
;)
Caray... Siento tu pérdida, Marmarita. Aunque si ella misma ya quería irse, digo yo que lo habrá hecho bien tranquila.
Te dejo un beso.
[Por cierto, que se te ve bien guapetona en la foto, eh.]
:D
Completamente de acuerdo contigo, aMINÚSCULA. Me produce más tristeza cómo vivió el tiempo que le "sobró" que su muerte, que ha sido una auténtica liberación para ella.
Quiero pensar que es así, Ico, aunque me temo que no podremos saberlo con certeza hasta que nos llegue el momento, dentro de muchos años, espero.
Gracias, Ave :)
Sí que lo es, Pulga, porque no son sólo recuerdos de la niñez, si no de toda una vida. Que es mucho decir, verdaderamente.
Llevaba muchos meses queriendo irse, Irre, así que sí, se fue tranquila y en paz. Después de tomarse un par de cucharadas de café con leche, que pidió para merendar, se quedó dormida y dejó de respirar.
Tenía 13 años en la foto, ¿cómo no iba a estar guapetona? ;)
Hola. Era imposible no pasar por aquí después de leer la emocionante entrada en el blog de Blau. Estoy sin palabras, desbordada por tu humanidad. Ojalá todos tengamos quien nos venga a buscar.
Un saludo lleno de cariño.
Cuanto más pasan los años más cansadas estamos de vivir. Eso es lo que decía mi abuela. Y acabas de describir lo que vivimos en casa hace unos años.
Un abrazo.
Vinieron, sin duda. Es maravilloso dejar este mundo con tanta compañía, rodeada de tus seres más queridos y ella necesitaba muchas sillas para que se sentaran.
Marmara..estate tranquila, ella ahora es feliz y te sigue queriendo más si cabe. Y la tristeza de su ausencia se llena con la maravilla de su presencia. (cada cual creemos lo que queremos creer).
Un besazo de los que quitan el hipo.
La ciencia nos permite vivir más años, pero no nos garantiza la calidad de vida que anhelamos.
No sé qué hay al otro lado, pero estoy seguro de que nuestra vida no termina aquí. Tiene que haber algo, y estoy convencido de que a tu tía fueron a buscarla sus seres queridos.
Un fuerte abreazo para ti.
La energía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma. Por eso no creo que todo se quede aquí ni que todo el amor que hemos sentido y que nos han dado se pierda en la nada. Un fuerte abrazo Mármara, besitos
Muchas gracias, Leo. Si no hubiera visto a mi tía tan lúcida como la vi el día que se murió, pensaría que había soñado, o que había tenido una de sus alucinaciones (que tuvo muchas y muy graciosas durante los últimos años), pero como estaba en sus cabales tengo que pensar que sí que vinieron. Como también vendrán a buscarnos a nosotras nuestros seres queridos.
Creo que mi tía tuvo mucha suerte, en ese aspecto, igual que tu abuela, Jo. Morirse cuando ya no e quiere vivir, y se tiene esa edad es todo un privilegio.
Efectivamente, Tawaki, una cosa es vivir muchos años y otra hacerlo con calidad. Mi tía tuvo una gran calidad de vida hasta los 97, por eso digo que le sobraron estos dos últimos años, aunque como no quería morirse, las otras veces que vinieron a buscarla, que vinieron, no se quiso ir.
Yo también lo creo, Pena. Que tiene mucha fuerza, y mucha entidad, el amor como para perderse "a lo tonto y a lo bobo".
por supuestísimo que la vinieron buscar. Un fuerte abrazo Marmarilla!!
¿mejor?.........
No me cabe la menor duda, Morganita.
Mejor, Alson, mejor. Muchas gracias.
qué bien has escrito tu dolor, Mármarita... y esas fotos del pasado plasman lo que significó para ti (¿sabes que en la foto del 68 os veo muy parecidas? ¡teneis la msma expresión!!) Me ha hecho mucha gracia verlas en la playa, repetidamente, a tu madre y tus tías vestidas, con las labores de punto (¿quien es la del gorro en la cabeza??jajjaaaa)
ya sabes, que yo tb creo que te vienen a buscar!
un beso enorrrrrme, vaya añito, preciosa, vaya añito
muy buen homenaje
ahora seguro que es la de antes
vuelve a esar con los suyos a los que tantas veces menciono
yo tambien me acuerdo de ella todos los dias
un besin
kitten
Publicar un comentario