miércoles, octubre 11, 2006

Tiza


Hace un par de semanas le descubrí un bulto cerca de una tetina. La veterinaria me confirmó lo que no quería ni imaginar: se trataba de un tumor. Y había que operar.
El lunes, a las nueve de la noche me llamó la veterinaria para decirme que todo había salido bien, que no me preocupara, que le había quitado el tumor (y con él la cadena mamaria), un bulto en el bazo, que va mandar a analizar por precaución, y que, tal como estaba previsto, la había vaciado.
Este medio día he ido a recogerla. Cuando llegué estaba en la jaula, tumbada, observando el ir y venir de las veterinarias, mirándolo todo con esa tranquila resignación con la que los animales afrontan el dolor que les causamos.
Han sido dos días terribles, para ella y para mí, que no quise ir a verla por no volver a causarle el dolor de lo que ella interpreta como un abandono que no es capaz de comprender. Dos días muy duros, para ella, por el sufrimiento físico,. para mí por la certeza de ese sufrimiento y por no haber podido estar a su lado para consolarla, como ella me ha consolado a mí durante estos último doce años.
Pero ya está aquí, tumbada a mis pies, mientras escribo, como siempre, con su campana y su herida, de la que se recuperará muy pronto, no sólo porque es una perra fuerte y vital, sino porque ahora que ya está en casa, su casa, todo será más fácil.

11 comentarios:

Marcela dijo...

Tres hurras por Tiza; qué foto tan guapa. Tiza tiene suerte de tenerte a ti por compañera de vida.

Mármara dijo...

La suerte es mía, que hace casi doce años que convivo con el único ser que me da su amor y su apoyo de forma incondicional, en toda la extensión de la palabra.

Anónimo dijo...

Es envidiable encontrar esa solidaridad entre tu y tu perra, esa verdadera amistad, la verdad que tuvo que ser horrible, lo que uno piensa en esos dos días.
Un saludo

Roma dijo...

Me alegro muchísimo de que Tiza haya vuelto a casa y de que esté bien y de que tú hayas podido respirar tranquila otra vez.
Besos "palasdos"

Anónimo dijo...

Menos mal. Pobrecitas ella y tú.

Mármara dijo...

Sólo quienes tenemos la suerte de convivir con un animal sabemos el tipo de relación que podemos establecer con ellos. Quizás si fuéramos capaces de aprender más de ellos seríamos más humanos.
Gracias por vuestras palabras, Roma, Chus, La Navaja. Lo cierto es que lo hemos pasado fatal, pero ya vamos superando el trago.

Ripley dijo...

Felicidades a las dos, a Tiza por recuperarse y tenerte, y a ti por quererla tengo y tenerla. Ahora a disfrutar. un beso

Mármara dijo...

Gracias Ripley. Todavía nos queda la convalecencia, el latazo de la campana (que se la quita con una habilidad que no veas), para evitar que se lama las heridas y se las infecte, los drenajes y los puntos, pero, vamos, que si yo tuviera el tajo que tienen ella en la barriga no me movía con su soltura ni harta de ibuprofeno.
Lo peor van a ser las consecuencias del carro de mimos que le doy continuamente, pero...

yo, la peor de todas dijo...

pero ahora tiza se merece muchos mimos, ella te los compensará como seguro que siempre a hecho. Me alegro que todo haya ido bien.

yo, la peor de todas dijo...

uys ha hecho (maldita hache)

Mármara dijo...

¿Qué te ha pasado con esa hache, La Peor?
Y sí, jamía, sí se merece todos los mimos del mundo porque se está portando como una campeona: no dice ni pamplona cuando la curo, aguanta la jodía campana con un estoicismo digno de admiración y, además, hasta se traga el amtibiótico sin rechistar (camuflado, eso sí, en un trocito de queso, o de mantequilla, o de jamón de york).

 
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