lunes, marzo 19, 2007

La vida "escocía" de las palabras


(Cristina y Luis, cuando eran dos personas adultas y solteras que actuaban con libertad, sin relación de jerarquía o dependencia.)

Luis quería ligar con Cristina. Cristina le dijo que nones, que amigos, y compas de partido, vale, pero que de pasar a mayores, nada de nada. Es como todas, pensó él, que dicen no cuando están deseando decir sí. Voy a insistir, que el que la sigue la consigue (90 mensajes y llamadas, y unos cuantos correos electrónicos desde enero).
Cristina se puso seria: Mira, Luis, que cuando digo no, es que quiero decir no. ¡Bah, bah!, dijo él, como si no supiera yo que a ésta le va la marcha. Luis, que me estoy cansando, que las 3 de la mañana no son horas ni para llamar ni para mandar mensajes y, a mayores, que me trae al pairo de qué tamaño la tengas. Es que me gustas mucho. Pero tú a mí no; y como sigas insistiendo, voy y me chivo al partido. Pues chívate, para lo que te va a servir. Pues te denuncio a la policía. Qué vas a denunciar, ¿eh?, ¿que te cortejo, so tonta?
Pues lo denunció, y el juez lo condenó por acoso y vejaciones, y, claro, que me lo han echado del partido. Y el pobre Luis se lo ha tomado muy requetemal, el hombre, y se defiende ("Falso Culpable") como puede. La culpa, por supuesto, la tiene ella. Cristina es como tantas y tantas mujeres, que no saben aguantar una broma, se lo toman todo a la tremenda, ven acoso sexual en unas buenas y honradas intenciones y, en definitiva, confunden el culo con las témporas. Que hay que ser burra, oyes, y malpensada, ¡jolines!
Hasta aquí, normal. Es decir, lo de siempre, ahora bien, en el artículo de ayer, entre otras, se podían leer estas afirmaciones:
-Me encuentro en una situación[...]originada por determinadas personas para provocar mi linchamiento y acabar con mi carrera política.
-Han provocado un escándalo mediático de consecuencias imprevisibles (o muy previsibles), basado en falsas acusaciones.
-Yo siempre creí que mi partido era una organización seria .
-La intriga y el enredo son los instrumentos de los que se sirven algunos para mantener su estatus, sus privilegios y prebendas a costa de cualquier cosa, incluso del honor y la dignidad de los compañeros de partido.
-Los objetivos (de esta conspiración) eran eliminar a un posible rival político y terminar con su carrera.
Si lo dice Luis, que lleva 19 años militando en el PP, yo, por mis partes, no tengo más que decir.
¡Ay!, bueno, sí, como diría Millán, de Martes y 13: ¡Que me meo toa! (Perdonad la ordinairez, pero es que no he podido de evitarlo).

5 comentarios:

Ripley dijo...

Pues ole por ella por denunciarlo,que ya va siendo hora de que algunas tengan las narices y otros impongan justicia, lástima que tengamos que seguir leyendo casos como este donde decir NO queda muy claro que no basta.

chusbg dijo...

Ya había el precedente del Alcalde de Ponferrada, creo, y la mujer fue totalmente estigmátizada, los vecinos del pueblo, en número de cuatro mil salieron en manifestación arropando al Alcalde, sabiendo a ciencia cierta casi, que era culpable, pues son vecinos y le conocen, pero da igual, ella tenía que haberse callado o haberse marchado, decían.
En estos casos suele pasarlo peor la víctima que el culpable que además escribe cosas tan exculpadoras que no se las cree nadie, total, incluso puede que piense que en realidad lo que estaba haciendo era poner en conocimiento de esa mujer su condición de gran macho, lo cual a él le parece lo lógico, estamos en el país que estamos y todavía nos falta mucho para estar medianamente civilizados.

Roma dijo...

Recuerdo muy bien el caso que comenta Chusbg, pues hará unos dos años me regalaron un libro que escribió Juan José Millás, que contaba de primera mano las tramoyas del caso. Ella era concejala del P.P. y se llamaba Nerenka, no recuerdo ahora su apellido, y él era el alcalde, sí, no recuerdo su nombre.
Lo que ella le contó a Millás pone los pelos de punta. Aquella mujer estuvo a punto de perder la salud física y psiquica, la acorralaron, la insultaron, ni en su propia familia encontró comprensión ni consuelo ni apoyo. Al terminar el juicio se largó a vivir fuera de España.
Ya sé que estos son casos notorios porque sus personajes son públicos, pero que esto sucede mucho más de lo que parece, y que amarga la vida a muchas mujeres.

Mármara dijo...

Recuerdo perfectamente el caso.
Desgraciadamente son demasiadas las mujeres que pasan por estos calvarios y que, además, son consideradas provocadoras y, por tanto, culpables de sus desgracias, como le pasó a Nerenka.
El comportamiento de Luis Madiedo es prototípico.
Lo que me ha hecho gracia del caso son sus justificaciones.

La Maldita dijo...

Pues bien hecho y al pesao de Luis que le den!! Y a llorar a su casa, a ver si se lo piensa mejor la próxima vez que quiera dar la paliza.

 
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