jueves, febrero 12, 2009

La vida nostálgica de las emociones

Mi güelito José empezó a trabajar a los 12 años en la "Tornillera del Nalón". Todos los días cogía el Vasco (ferrocarril Vasco-Asturiano) a las seis de la mañana y se iba a La Felguera a ganarse el jornal como un paisano.
Sin embargo, cuando se trataba de asistir a las representaciones de Ópera que daban en el Corral de Comedias de El Fontán, no lo dejaban ir solo, porque le quedaba lejos de casa, y su madre, mi bisabuela, obligaba a mi tía F., la mayor de sus hermanas, a acompañarlo para vigilar que no le pasara nada al chiquillo.
Cuando era pequeña y comía fatal, mi güelito me cantaba mientras mi madre intentaba embutirme el biberón. A los cinco años me llevó a mi primer concierto, en la sesión matinal del Campoamor. A los doce mi madre me hizo socia de la Sociedad Filarmónica Ovetense, y allá nos íbamos, los tres, a escuchar lo que nos echaran.
(Aquí ya comía un poco mejor, como se puede apreciar en los papinos)
Cuando mi padre se repuso de las heridas de guerra, abandonada, ya, su ilusión por ser arquitecto, empezó a trabajar como locutor de Radio Asturias. Retransmitía las óperas desde el Campoamor y tenía un programa semanal, cuyos guiones conservamos, en el que comentaba piezas y conciertos de música clásica.
(Mi padre, en una caricatura que le hizo uno de sus amigos, cuando fue a matricularse a Madrid, en 1935)
Mi madre lo conoció en esa época y junto con otras cosas, compartieron su mutuo amor por la música. Una vez casados, mi madre acompañaba a mi padre a las emisiones de su programa, hasta que se quedó embarazada de mí, que soy la primogénita. Entonces, mi padre le regaló una radio de galena, para que lo escuchara mientras esperaba que volviera a casa.
(Mi padre, recien casado, en el Teatro Campoamor)
Con semejante historial, no es extraño que la música haya llenado muchos, muchísimos espacios de mi vida. Y los sigue, y los seguirá llenando.
Los ha llenado estos días, que he estado de baja por agotamiento puro y duro, y, como consecuencia, porque la espalda se me ha puesto como una tabla de planchar, tanto, que ni siquiera mi masajista alternativa ha conseguido ponerle cara. Pero he de volver al tajo, y tengo mucho, muchísimo, tajo, en perspectiva.
Una de las óperas favoritas de mi padre era Tosca, incluso le puso ese nombre a una de nuestras perras.
Con E lucevan le stelle, más conocida como Adios a la vida, una de las arias predilectas de mi madre, me despido de vosotras, temporalmente, hasta que consiga encauzar la montaña de trabajo que tengo pendiente.


Ci vediamo dopo, caras.

30 comentarios:

Irreverens dijo...

¡Qué apuesto era tu padre, Mármara!
:D

Ánimo con el trabajo.

Besos

Mari Triqui dijo...

Gracias por compartirlo, claro, así no me extraña tu afición...!
No tardes demasiado en volver y cuídate mucho!
Un abrazo!

Sandra Sánchez dijo...

Qué guay tener esos recuerdos familiares eh?...me encantan.
:)
(vuelve prontín)

la cocina de frabisa dijo...

Tierna historia y guapísimo tu padre.

Claro que se entiende más de donde viene tu afición por la música, no me extraña, cómo no ibas a tenerla.

un beso

Calvin dijo...

Joder, ¡qué aria más bonita! Me han entrado ganas de desconectar los cascos y ponerla a todo volumen en mitad de la biblio.

Fuerza Marmarita. Y no olvides una cosa, el trabajo no es más que eso, trabajo.

Blau dijo...

Cuantas veces no he pasado por la Felguera camino del pueblo de mis padres. Cuantas veces no he pasado por el Campoamor. La nostalgia llega hasta Bcn, que lo sepas.

Precioso post.

Un beso

Marcela dijo...

marmarita, ánimo y a por todo, que podrás, ya sabes que al final siempre se puede con todo.

Mármara dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Mármara dijo...

Mi padre era un cañón, Irre. Por dentro y por fuera, sobre todo por dentro.
No me desengancharé del todo, Glora(no podría), me prodigaré menos, eso sí. Por supuesto, no dejaré de visitaros, pero más espaciadamente.
¿Me creerás, Pulguina, si te digo que recuerdo perfectamente cuánto me aburrí en aquel primer concierto? Pero sí, son recuerdos muy entrañables.
Es que, la infancia condiciona mucho, Frab, para lo bueno y para lo menos bueno. Esta parte de mi infancia, desde luego, me ha marcado muy positivamente.
Estuve tentada a poner "Recondita armonía", también de "Tosca", que es mi favorita de esa ópera, Bagg, pero como se trataba de homenajear a mi padre y a mi madre, me decanté por esta.
La próxima vez que vengas a Asturias, Blau, no te perdonaré que no me llames. Y nos hacemos unas nostalgias (y unas risas) juntas. Y unas sidras, por supuesto.
Lo malo es eso, Marcelilla, que siempre se puede con todo, hasta que deja de poderse, que es lo que me ha pasdo a mí.
A ver si aprendo la lección y me entero, de una vez por todas, que el trabajo es eso, trabajo. Y punto.

dintel dijo...

Me encantan tus historias familiares.

Anónimo dijo...

No tardes mucho en volver...Y cuídate mucho. Besos, Ceares

Anónimo dijo...

No tardes mucho en volver...Y cuídate mucho. Besos, Ceares

Mármara dijo...

Volveré pronto, Ceares, sobre todo porque, como se puede apreciar, no me he ido muy lejos. De que despeje, un poquitín, el camino. Feliz finde. Besinos soleados (¡por fin!)

Concha Olid & Sonsoles López dijo...

A partir de hoy la llamo de "usté" y con mucho respeto oiga. No sólo por la educación mamada, si no por la educación que prodiga.

Sandra Sánchez dijo...

Los recuerdos de infancia nos acompañan siempre, yo me alegro de tenerlos felices porque así cuando me acuerdo lo revivo un poco otra vez...
Sí, por fin el sol, habrá que aprovechar jeje.
Feliz domingo!!

Mármara dijo...

Pues, me parece estupendo, Conso, lo de ese tratamiento de "usté". Siendo, como soy, una señora (mayor), ¿qué menos? Respecto a lo de la "educación mamada", jaajajajajaja, habría mucho que hablar, pero como lo vamos a hacer pronto en vivo y en directo, no me prodigo ahora en explicaciones.
Yo diría, Pulguina, que lainfancia nos acompaña siempre. Para lo bueno y para lo malo, pero mucho mejor quedarse con lo bueno.
¿Has visto qué día, otra vez? De que trabaje un poquitín marcho pitando pa Xagó, no vaya a ser que se tuerza el día.
Feliz domingo.

Ripley dijo...

Preciosa aria. yo estoy con El barbero de Sevilla. mi familia nunca ha sido muy musical pero a mí me encanta e intento inculcarle el valor de la música y la cultura en general a mi sobrino, que parece que va a ser de letras porque le encanta leer tanto como a mí y los números le resbalan, jeje. Cuídate esa espalda, el exceso de trabajo es malísimo, yo también llevo una temporadita que no paro, pero por aquí vuelvo a visitarte. un besazo

Concha Olid & Sonsoles López dijo...

Vale, me lo apunto, que luego se me va la santa al cielo...
Hasta el viernes "Eñora"

Anónimo dijo...

A pesar de los buenos recuerdos que tengo de mi infancia no volvería a pasar por ella ni loca, pero recordar es otra cosa y a mí siempre me deja buen sabor de boca.

¡que finde! un cielo así de azul en Asturias ya sabemos que pocas veces, qué bien que me animé y estuve por ahí danzando.

Mármara dijo...

Lo de que la familia tenga tendencias musicales es una ventaja, Ripley, así que trabájate a ese sobrino que te lo va a agradecer en el alma. Y cuídate tú tb, que ya sabemos lo caros que pagamos los excesos (de trabajo).
Hasta el viernes, madame.
No pudiste elegir mejor finde, Montglane, porque los anteriores fueron tremebundos. Y conste que adoro el tiempo invernal, pero llega una a cansarse de tanta lluvia, tanto viento racheado y tanto frío ensordecedor.
Estoy contigo en lo de la infancia, ideal para recordala, pero no para volver. Bueno, como dice Frabisa, "hacia atrás ni para coger impulso".

Concha Olid & Sonsoles López dijo...

Pues va a ser que se nos quedó en el tintero... como tantas cosas, pero "Eñora" no dudo que la próxima dará para más...que supo a poco.
Buen viaje.

Lena de mar dijo...

Mármara, preciosa historia familiar... y con qué entusiasmo lo narras!!

vuelve pronto, eso significará que tu trabajo no te absorbe tanto y tendrás momentos más tranquilos.

Te mando un abracito salino y violeta

farala dijo...

soy una privilegiada que puedo afirmar, y afirmo, que te pareces a tu padre (osease, chicas, que la mármara estña cañón!!) besos, la próxima vez querremos oirte cantar a ti!

Concha Olid & Sonsoles López dijo...

jajaja, es verdad que la Eñora está cañón...(entre otras cosas menos mundanas a la par que interesantes)

Mari Triqui dijo...

...se te echa de menos...

Morgana dijo...

eso, se te echa de menos...

Blau dijo...

...donde andas?

prófuga dijo...

toc, toc...hay alguien ahí?
vuelve :(

Marcela dijo...

marmaritaaaaaaaaaaaaaaaa

Anónimo dijo...

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