Mis palabras favoritas

(Bilbo y Tiza posando para la foto)
Son tantas, las palabras favoritas que podría relacionar con este par de seres, y con los cuatro que los precedieron en mi vida, que necesitaría dedicarles mil y una entradas, aunque me quedaré con generosidad, porque engloba a muchas otras. En todos los años de mi vida, que son bastantes, ningún ser humano ha sido tan generoso, amable, cariñoso, respetuoso, amoroso, tierno, paciente y leal, como este par, y los cuatro precedentes. Nadie me ha ofrecido tanto sin pedir nada a cambio (bueno, sí, su ración de mimos diarios sí que me la piden). Nadie me ha perdonado tanto, sin guardarse ni un átomo de rencor. Nadie me ha recibido con más alegría, cuando llego a casa. Nadie, como ellos, me ha entregado su amor sin un ápice de reserva.

Sé que no puedo evitar la barbarie que sufren millones de animales cada día, torturados sin piedad por otros seres que dicen llamarse humanos. Soy consciente de que el amor que les doy y el cuidado con el que los trato no paliará los sufrimientos de otros, pero, al menos, me queda el consuelo de restituir, en la parte que me toca, la deuda que tenemos contraída con estos seres cuyas vidas somos capaces de aniquiliar con total frialdad.