miércoles, enero 11, 2006

La vida pública de las palabras


No me gusta hacerme con méritos que no son míos. Es por ello, oyes, que subo, a ésta, mi bitácora, al autor del término Pandemia Pocalíptica (que uso a destajo, últimamente), Antonio Martínez, colaborador de El País y autor de los guiones de Las noticias del Guiñol, cuya columna leo con avidez cada domingo y cuyas opiniones comparto, sino al cien por cien (eso nunca), en un noventa, o así.
Sirva esta entrada para declararme su fan número uno (o veinticinco, pero fan) y dejar patente mi admiración por quienes, como él, se ríen hasta de su sombra, en vez de rasgarse las vestiduras (cual fariseos) y predecir futuros apocalípticos, sólo porque las urnas les quitaron el poder de hacer y deshacer a su antojo, como lo hacían sin urnas que legitimasen sus desatinos.

2 comentarios:

Roma dijo...

Y yo que creía que la fan número 1 de Antonio era yo...
Es al primero que leo del periódico, los domingos, porque me encantan sus artículos, mordaces e irónicos, con un sentido del humor negro muy particular, me suelo partir de risa al poco de empezar a leerle. Y resulta tan simpático, además.
Buen día, maja!

Mármara dijo...

Bueno, a mí no me importa ser la fan nº 2, y más tratándose de ti. Yo, ya te digo, lo admiro muchísimo por lo que comentamos: su sentido del humor. Es que, chica, estoy hasta los fondos reservados de tanto agorero, de tanto catastrofista y, sobre todo, de tanto fariseo.

 
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