jueves, marzo 02, 2006

La vida secreta de las viñetas


(Mármara, a los siete años, escondida detrás de un orejero que la protegiera de la febril actividad de un hogar en el que habitaba una familia bastante numerosa )
Sinceramente, no recuerdo qué estaba leyendo, pero estoy por apostar que si no era El Capitán trueno, era El Jabato, de quienes era fan total.
He de reflexionar seriamente sobre los efectos que han producido en mí semejantes lecturas, aunque no creo que haya sido nada bueno. Los modelos, o referentes, femeninos eran imposibles. Sobre los masculinos prefiero no pronunciarme en este momentín.

9 comentarios:

yo, la peor de todas dijo...

la foto es preciosa, mármara, preciosa, preciosa... yo no sé lo que leías pero esa mirada es impresionante

Tempus Fugit dijo...

Esta chica ya prometía, desde la más tierna infancia, jeje. Por cierto, a mí me molaba el caballo parlante del Guerrero del Antifaz.

Tempus dixit.

Mármara dijo...

Gracias, La Peor. Ésta es una de mis fotos favoritas. Me la sacó mi padre, que se pasaba el día,cámara en ristre, inmortalizando a toda su prole en las más variadas actitudes.
Me gustaría decirte que conservo esa mirada, pero como nadie ha vuelto a sorprenderme con la cámara, mejor no digo nada.

Mármara dijo...

Prometía, bien dices, Tempus, porque lograr, tengo serias dudas de haberme logrado, al menos de momento. No recuerdo haber leído al Guerrero del Antifaz, pero seguro que también estaba entre mis lecturas infantiles.

Marcela dijo...

Mármara, el Capitán Trueno enganchaba, doy fe, jajajjaa. En la foto estás casi tan guapa como yo te recuerdo.

Ana dijo...

Una foto muy tierna, sí, y que te escondieras buscando intimidad, me ha hecho gracia.

Roma dijo...

El Capitán Trueno
El Guerrero del Antifaz
Jabato
Roberto Alcazar y Pedrín...
Con tres hermanos y los tres chicos esas eran también mis lecturas. Los tebeos eran mi pasión. Por supuesto que los de Hadas también.

Tienes en la foto una mirada impresionante. Entre dulce y dura, o una mezcla de las dos cosas juntas. Me gusta mucho.

Mármara dijo...

Gracias por el piropo, Marcelilla-Raitán. Lo cierto es que yo me encuentro más guapa en esta foto que como tú me recuerdas, pero me he mirado al espejo (un momentín) y me he dado cuenta de que puedo mirar así, entre dura, y tierna, y dulce, y... terrible (que me decía siempre mi alumnado, Roma).
Lo de esconderse, en mi casa, para leer, era normal, Ana C. éramos (y somos) seis, y nacimos en siete años, es decir, que cuando mi padre me hizo esa foto, mi hermano pequeño ya había nacido. Como para no esconderse...

Vico dijo...

Hola! Gracias por visitar mi blog y dejar tu huella.
Me encantó la mirada de esta niña.
Y no leí jamás lo que mencionas pero de seguro, te convirtiría en alguien más grande de lo que eras.
Saludos.

 
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