martes, octubre 10, 2006

La vida pública de las palabras


Se han reunido expertos en Educación en unas Jornadas de la cátedra UNESCO, organizadas por la U. Politécnica de Madrid. En su edición de ayer, lunes, El País cuenta la noticia bajo el titular: Los expertos piden que los docentes rindan cuentas de su trabajo.
¡Cómo no! Que las rindan, oyes, que para eso tienen tres meses de vacaciones y se quejan porque tienen veinte horas de docencia a la semana. Y, no sólo tienen que rendir cuentas, sino que deben participar en su formación, inicial y permanente, y cumplir sus funciones, en especial aquellas que participan de la formación integral de los alumnos, y dedicar un mayor esfuerzo, tanto profesores como maestros, para cumplir con las nuevas funciones que se suman a las tradicionales.
Yo, estoy tranquila, de las maestras, las profesoras y las alumnas no dice ni mu. A ver qué pasa cuando se reunan las expertas.
Por otro lado, y en solidaridad con mis compañeros docentes, he de decir que sí, que bueno, que vale, que estoy de acuerdo, porque ya dicen los expertos que, en compensación, los docentes deben ver reconocida su labor, tanto en la percepción social como en el fortalecimiento de su autoridad, y en sus salarios y que es necesario que los maestros puedan desarrollar su tarea docente de forma digna y eficaz y en un entorno favorable. Y, por si esto fuera poco, hasta debatieron, los expertos, sobre la necesidad de revertir la percepción de hacer de todos los problemas sociales, problemas educativos.
Desde luego, compañeros, el que se queje, que sepa que se está quejando de vicio.

11 comentarios:

chusbg dijo...

A veces también gustaría saber la opinión de los expertos sobre los expertos.

Siempre que se habla de estas cosas se oyen grandes palabras, frases grandilocuentes, pero luego el día a día, no sé, te hace poner los pies en la tierra, lo digo por frases como "de forma digna y eficaz y en un entorno favorable, pues luego ves los entornos en los que se da clase y a veces la dignidad no se aprecia a simple vista, ojalá se den todas esas cosas que tu dices, las del primer bloque y las del segundo bloque.

Un saludo

Un saludo

Ripley dijo...

Por la parte que me toca como profesora diré que el sistema educativo de este país deja bastante que desear; que me encantan todas esas reuniones y más reuniones que muchas veces no sirven más que para teorizar sobre bobadas e implantar métodos que no se yo si son educativos o deseducativos, amén de que muchos padres se piensan que también tenemos que educar a sus hijos en la parte que les toca a ellos. Un saludo

Mármara dijo...

Hay un pequeño problema en el tema de los "expertos", Chus. Resulta que la mayoría, por no decir la totalidad de esas personas, hace muuuuuuuuuuucho tiempo que han salido del aula (si es que la han pisado alguna vez)y se les ha olvidado lo que significa estar al pie del cañón. Y puedo asegurarte que desde las alturas apenas se divisa el suelo.
Es por ello que, como muy bien dices Ripley, en todas esas reuniones se tiende a teorizar sin tener en cuenta la problemática real de las aulas, del profesorado y de las familias, por no decir del alumnado, al que ni siquiera distinguen, desde las nubes donde suelen habitar.

Anónimo dijo...

Siento lo de tanto saludo Mármara, he estado pensando y no iba a decir nada, puede ser polémico, lo pregunto porque quiero saberlo, yo soy padre y no me dedico a la enseñanza y no sé la diferencia entre lo que debemos educar los padres y lo que deben educar los maestros y tampoco entiendo que se pueda hacer compartimentos en esto.
Prometo que no lo sé exactamente y lo he oído muchas veces no sabiendo con precisión a que se refieren los que se refieren a esto.

Un saludo

Mármara dijo...

Jajajajajajajajaja. Ha estado bien esto, Chus.
Mira, yo creo que, como en todo, lo que debe imperar es el sentido común. No es posible que se pretenda que la escuela solucione todos los problemas. Al fin y al cabo, el tiempo que pasan en ella es la cuarta parte de su tiempo. El resto están bajo la influencia de la familia, las amistades, la tele, internet y los videojuegos.
Por ejemplo, de nada vale que en la escuela se fomente la alimentación equilibrada, si luego, en vez de prepararles un bocadillo (o fomentar que se lo preparen, si tienen edad), se les da un par de euros para que se compren bollería industrial en el recreo. O que la familia no tenga recursos para comprar el material escolar, pero sí para poner una tele en cada habitación.
Y, por parte del profesorado, de nada vale que la familia pretenda implicarse en la educación de sus miembros y en la escuela, o el instituto, no la escuche o se la tilde de entrometida y pesada.
Y ya, por tocarlo todo, parece inútil fomentar la solidaridad, el respeto, la cooperación, la igualdad entre hombres y mujeres, la resposabilidad, si la tele bombardea a la infancia y a la juventud, a través de sus programas, con la competitividad, el individualismo, la crítica descarnada, la calumnia, el todo vale, o se empeñe en perpetuar los roles de género y las costumbres de la sociedad patriarcal.
La educación es una tarea común en la que toda la sociedad debe implicarse. Y mientras no entendamos eso y pretendamos que la escuela arregle todos los desaguisados no vamos a ninguna parte.

chusbg dijo...

Bueno eso ya me parece más entendible, una tarea común, lo que pasa que por tu respuesta veo que se puede decir lo mismo desde un lado que del otro, esto por hacer dos frentes el de los padres y el de los enseñantes, que no debiera existir pero que existe.
Parece que si un niño tiene un problema de desestructuración en su casa, si los padres son analfabetos, o, pasan del niño, en el colegio no se puede hacer nada pues el colegio no está para ciertas cosas.
Me gusta que hayas tocado el tema de la alimentación, en los colegios que yo he estado, lo de tener comedor era como una desgracia para los enseñantes y lo dejaban en manos de la empresa.
Otro asunto para el que no tienen nada pensado en ningún colegio es para los niños dotados, a todo el mundo le da igual los problemas que puedan tener y lo que opinan en casi todos los sitios es que la familia que se queja o demanda algo se queja de vicio, "con la suerte que tienen" suelen decir.

Se que esto se aleja de los grandes temas pero si se puede uno quejar, pues me quejo.

Un saludo

Mármara dijo...

Bueno, Chus, el colegio sí que puede, y debe, minimizar las diferencias socio-económicas y culturales.
Cuando hablamos de enseñanza pública hablamos de un SERVICIO PÚBLICO. Eso quiere decir, entre otras cosas, que la escuela pública tiene el deber de proporcionar a su alumnado más desfavorecido los recursos necesarios para que pueda tener las mismas oportunidades que quienes han sido más favorecidos por la (digámoslo así) suerte de caer en una familia estructurada, que tenga inquietudes culturales y posibilidades económicas para proporcionar a sus miembros la mejor educación posible.
Lo mismo pasa con el alumnado con sobredotación. Es obligación de la escuela proporcionarle los recursos, las heramientas y el ambiente necesario para que se desarrolle en consonancia con sus posibilidades.
¿Cuáles son los problemas? Según mi punto de vista son dos: El dinero y la filosofía de las administraciones.
Dinero para bajar la ratio, dinero para dotar a los centros del personal necesario, dinero para que el profesorado se forme, dinero para que los centros cuenten con los recursos necesarios, dinero para adecentar los centros públicos. Y la conciencia de que para enseñar no es suficiente con acumular conocimientos sobre una materia, sino tener los conocimientos suficientes y conocer las estrategias (metodología) para enseñar.

chusbg dijo...

Perfetamente explicado, estoy muy de acuerdo con todo lo que dices, has puesto el dedo en la llaga, por eso hablaba yo en el primer comentario que "de forma digna y eficaz y en un entorno favorable" era más una declaración de intenciones que lo que luego vemos que sucede en las aulas.
Permiteme no obstante una pequeña puntilla, que es más una observación personal, por lo tanto subjetiva, que, en lo de la sobredotación, hay cierta renuencia de los enseñantes a hacerles caso, pues en un aula con 15 alumnos creo que se puede hacer algo, además algunos profesores de un mismo colegio, que se dan cuenta, sí contemplan los problemas de estos alumnos y sin importarles nada más que eso, el bien del alumno, actúan. Ya te digo son observaciones personales en un colegio en concreto, colegio éste bastante bueno, pues puedo decir que conocidos otros dos, en esos ni se podía hablar de sobredotación, había otros problemas mucho más acuciantes en la línea de lo que tu muy bien dices en el apartado de problemas.

Con todo esto lo que sale a la luz es que no se debería, ni por parte de los padres, ni por parte de los enseñantes tirarse piedras a la cabeza y viendo cuales son los problemas quizás debería de haber una mayor colaboración de ambos para denunciar las deficiencias, aunque ya sé que es difícil, por lo menos, tender a esto último.
Un saludo

Mármara dijo...

Totalmente de acuerdo. En un aula con quince personitas se puede atender perfectamente la diversidad, sea del tipo que sea. Como siempre, uno de los escollos es la formación del profesorado. Pero, ojo, esta responsabilidad no solamente es docente, sino de la forma que la administración tiene de enfocarla. Y otro, derivado del anterior, es la esclavitud al libro de texto.
Ahora bien, hay una pregunta que es imprescindible hacerse cuando se tiene una hija, o hijo, con un cociente intelectual elevado: ¿qué vida quiero que tenga?
Cargar con el sambenito de la sobredotación puede ser realmente duro para una criatura y enfocar esta circunstancia de forma coherente suele resultar complicado.
Una criatura superdotada es, ante todo, una criatura con derecho a disfrutar de su infancia sin tener por qué cargar con semejante lastre que, generalmente, va unido a una serie de responsabilidades excesivas para su edad. Y te lo digo porque conozco los casos suficientes para hablar de ello con cierta propiedad.
A mí, personalmente, me parece que la infancia no es el momento para incidir en ese aspecto, sino la madurez. Mientras, lo sensato es estimular a esa criatura para que desarrolle sus capacidades tanto en el ámbito escolar como en casa, de forma natural, sin agobios, sin excesivas exigencias. Luego, cuando llegue el momento, con una buena educación de base, será ella misma la que sepa hacer un uso consecuente de su inteligencia.

chusbg dijo...

Estoy muy de acuerdo contigo en esto, si, en el último parrafo es donde está lo que yo creo que se puede hacer, para mi lo que se debe, estimular un poco a estos alumnos que se aburren como ostras en clase, se aburren mucho, lo pasan mal,no hace falta hacer nada especial, es como tu dices, pero de la manera que esta enfocado, sin dotación presupuestaria suficiente y dejando que se aburran, siguiendo un ritmo que nada tiene que ver con ellos, se consigue que poco a poco vayan desarraigándose de los estudios y bajándoles la moral constantemente, además se les exige más, sin darles más, no son reconocidos como los demás, a veces si tienen un pequeño fallo se les abronca para dar ejemplo y hay que tener claro eso, que son niños como los demás, a veces se ven estigmatizados.
Un saludo

Mármara dijo...

Si yo te contara, Chus, si yo te contara... ¿Sabías que un porcentaje interesante de fracasos escolares de debe precisamente a eso que comentas?
Desde luego, tal y como se concibe la enseñanza en este país (cifrando el nivel académico en la acumulación, a veces absurda e inutil de conocimientos), no sólo es que se aburran las criaturas superdotadas, y quienes no llegan al nivel medio (que no se enteran de nada y, claro, se aburren como ostras, dan la lata, y se les riñe, se les castiga, pero no se les aplica ni una sola medida pedagógica) es que ¡se aburre hasta la pizarra!
Di tú que si tienes una ratio de 27, en 55 minutos que pasas por el aula, poquito puedes hacer.

 
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