martes, agosto 07, 2007

Lo prometido, es deuda


Lo primero que hice al llegar a Florencia, hace 26 años, fue subir a S. Miniato. Ni Duomo, ni Piazza de la Signoria, ni Ponte Vechio, ni nada de nada. Lo primerito, S. Miniato. Y casi lo último, también, porque según bajaba las tropecientas escaleras, que habíamos subido con el consiguiente calor de justicia, y la total y absoluta perplejidad de Váyolet, mi compañera de viaje, que no acertaba a comprender mi interés por una iglesia vacía, me sobrevino una hemorragia procedente de una incómoda e inoportuna hemorroide (que había sufrido en silencio durante los últimos días de estancia en Roma), que dio con mis huesos en las urgencias del hospital.
El amable doctor que me atendió, después de valorar el asunto y preguntarme de dónde era, sentenció:
-Ritorno súbito a l'Espagna.
Y otra retahila más de la que sólo pude comprender la palabra cirugía.
Por poco me da un pasmo. Cómo sería la desesperación con la que le supliqué al médico que me ofreciera otra solución, porque sólo llevaba una semana en su país y no estaba dispuesta a abandonarlo tan repentinamente, que se apiadó de mí, me recetó una pomada y me dijo que debía hacer reposo hasta que la herida estuviera completamente cicatrizada, no sin antes recomendarme que visitara a mi doctor nada más llegar.
Durante tres días, tres, permanecí en el hotel, tirada en la cama. Sólo salía a dar cortos paseos al atardecer (por aquello de evitarme la calorina) para ver alguno de los lugares que llevaba en mi lista, entre ellos el Palazo Pitti (que me había caído en un examen y me moría por ver en vivo y en directo) y, por supuesto, Il Duomo. Sobre el resto no me quedó más remedio que cubrir un tupido velo.
Hartas del reposo, del hotel y de nuestra mala suerte, abandonamos Florencia, al cuarto día, y nos dirigimos a Padua a rezarle a S. Antonio y pedirle que, por favor, me curara definitivamente la almorrana.
Y me la curó (nunca podré agradecérselo bastante, al médico y a S. Antonio). Y pudimos seguir viaje como si nada hubiera ocurrido.
Mientras permanecía en el lecho del dolor, reprochándole a S. Miniato la jugarreta, me juré que volvería a Florencia lo primero que pudiera.
No fue un ritorno súbito el mío, no. Necesité veintiséis años para regresar, pero no a S. Miniato, que se me quedó, con alguna que otra cosilla más, en el tintero. Circunstancia que he interpretado como un guiño del santo para que no me quede por más que volver, una vez más, y dedicarle mi primera visita.

7 comentarios:

Blueyes dijo...

ainaaa que recuerdos, fuiste a la casa de los medici,a la iglesia san lorenzo..ainss ainssss...

Mañana viajo para Asturias, no sé que me depare estos días, pero me encantaría invitarte un café, copa o lo que gustes.

Un besin y por aquí cuadramos :o)

Nerim dijo...

Tenía muchas ganas de ver Florencia,tanto me la habian magnificado que cuando llegué no puedo negarlo, sufrí como una decepción muy grande. Yo creo que fué el calor tan horroroso que hacía, que no me dejó ver la belleza artistica que tiene Florencia, no fuí de urgencias pero casi, me dió como una lipotimia y me atendieron en una farmacia cercana.
No sé si volveré, pero si lo hago será en temporada de otoño, invierno.
Un abrazo
Nerim

chusbg dijo...

Jolín con S. Antonio, ¿y tu crees que tuvo algo que ver? no serían las ganas tan fuertes que tu tenías de que eso se curara, yo creo que si nos ponemos, a veces nuestro cerebro puede más, no digo ya que los santos, que esos ya ves tú, incluso que la "Firgen mare de dio", jaja, esa foto es buenísima.

Saludos

Mármara dijo...

Creo que es en la Biblia donde se dice que "La fe mueve montañas", así que sí, Chus, habrá habido un poco de todo.
Estoy contigo, Nerim, para viajar a Italia, mucho mejor cuando el calor sofocante no nos nuble la visión, ni nos quite las ganas, ni nos impida apreciar la belleza que nos rodea.
Sí, Blue, fui a todos esos sitios, pero como me quedaron otros tantos, pienso volver.

Blueyes dijo...

Guajaaa, acabo de pasar por Colunga, venia de Llanes, ahora estoy en Oviedo pero marcho esta tarde al pueblo materno que tenemos procesión y fiestuki, espero regresar el jueves o viernes a Oviedo City, mi correo es blueyesve@yahoo.com mándame tu móvil, así te saludo y si podemos te invito algo de beber :o)

besines

Anca Balaj dijo...

Eso sí que es salirte mal un viaje. Yo no me vuelvo a quejar, prometido.

Un beso

Mármara dijo...

No te creas, Aminúscula, fue una circunstancia adversa, sí, pero después de los días de obligado reposo seguimos viaje tan pichis y lo pasamos de miedo. Pero, claro, tenía que volver a resarcirme.
Blue, ya te escribo mañana, pero no sé por qué me late que lo vamos a tener complicado. Te explico por correo.

 
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