sábado, septiembre 15, 2007

La vida incomprensible de los actos humanos

Últimamente, las bodas nos persiguen, a M. y a mí. Ora en Bayas, ora en Xagó, a última hora de la tarde, cuando empieza a apretar la fresca, hacen su aparición la parejita, con o sin madre solícita, y su fotógrafo, dispuestos a completar el álbum de la boda con unas preciosas y naturales instantáneas en el marco incomparable que ofrecen las playas de éste, nuestro Paraíso Natural.
Hasta ahí, todo correcto. Cada cual se hace las fotos de su boda dónde y como más le plazca.
Ahora bien, digo yo una cosa, ¿hace falta que la pobre novia se tire a los pies del novio (con la carga simbólica que ello conlleva), sobre la arena seca, o mojada, como en este caso concreto, y se reboce, cual croqueta? Y, a mayor abundamiento, ¿es preciso que se metan en el agua, se dejen azotar por las olas y acaben calados hasta los huesos y congelados como cubitos? Porque el agua está fría, ¿eh?, fría, fría (si lo sabré yo que me he bañado el jueves y el viernes). Concretamente, el día de autos, a 13º se nos puso, a causa de los vientos del nordeste que azotaron nuestras costas durante diez días seguidos. ¿Tiene alma, ese fotógrafo? Y cabeza, ¿tienen cabeza las parejitas recién casadas que se prestan a semejante dislate? O, ¿será que el bodorrio les nubla el juicio, y el entendimiento?
No me he casado, y dudo mucho de que lo haga algún día, pero, desde aquí lo digo, en el muy improbable caso de que esto ocurriera, yo, ni por un gochu.

5 comentarios:

Morgana dijo...

jajajajaja Gracias! me arrancaste una sonrisa. Besoooooooos

Nerim dijo...

Google se acaba de cargar mi comentario. Decia que hay que ver las imbecilidades que hace la gente. Una cosa es estar loco de contento y otra muy distinta estar mal de la cabeza. Pero ya se sabe, hay algunas personas que no tienen remedio, les viene de nacimiento, la tontería digo.
Un abrazo
Nerim

Marcela dijo...

jJAJAJAJAAA, marmarita, que me acabo de imaginar la escena: tú de vestido blanco inmaculado, velo, gasa inmensa que llega hasta el aparcamiento, cola kilométrica y volantes por todos lados; tu novia, ya mujer, de frack negro, tipo pingüina, con lindo zapatos de tafilete...y las dos, unidas por el amor y la gilipolluá, entrando en el frío cantábrico. eso sí, si esto sucediere, me pido ser la fotógrafaaaaaaaaaa.

Mármara dijo...

No lo verán tus ojos, Marcelilla, fía, pero si hubieran, o hubiesen de verlo, te doy mi palabra de que serás la fotógrafa. Eso sí, me caso en julio.
Me encanta haberte provocado una sonrisilla, Morgana, que con la temporada que llevas no te viene nada mal.
No sé si será tontería o inconsciencia, Nerim, pero lo que sí se es que con la temperatura del Cantábrico es un disparate.

Mari Triqui dijo...

Jajajaja... yo sí volvería a casarme!.
Quiero boda sin NINGÚN compromiso!... que son quince días de vacaciones!
Ah, y nada de trajes especiales...
Besos

 
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