sábado, julio 12, 2008

La vida inestable de la climatología, o

De la chancla a la chiruca, del pareo a la cazadora.
Me recibió mi Tierra, a principios de esta semana que se acaba, con tres esplendorosos días de sol, tres, como para compensar lo incompensable; como para que no me pesara demasiado la añoranza de otros días, brillantes y calurosos, vividos lejos de aquí; como para que las mañanas de frenética actividad laboral se diluyeran, por las tardes, entre las olas y la arena de Xagó y la paz de mi Bigaral.

Llegué al viernes exhausta, y mi Tierra me regaló una tarde fresca y lluviosa, para que pudiera recuperarme de la semanita con una buena siesta, antes de que llegara M. a tomar el café y a batirse el cobre conmigo, frente al tapete.
Arreció el temporal, por la noche, mientras veíamos pasar escenas de vida ajenas, y no tan ajenas, en la pantalla de un cine; mientras volvíamos a casa, con los pies encerrados, el cuerpo bien abrigado y el limpia a todo dar.

Hace poco, alguien me preguntó si no pensaba irme a vivir al Sur, en un futuro. Le respondí que no, que mi cuerpo y mi ánimo necesitan los días grises, la lluvia, el frío, el verde, los contrastes. Y (no se lo dije, pero lo pensé), el deseo de sol, cuando se cierra el cielo. Y la nostalgia de la lluvia. Y los horizontes cercanos. Y la añoranza de los cielos inabarcables.

21 comentarios:

Anónimo dijo...

Esa vida es más inestable que la mía, que la de todos, la de la climatología y sus pronósticos desacertados... ;

-)

(Por lo menos por acá un día soleado es uno gris con lluvia TODO EL día)

Me gustan los regresos, he aprendido a quererlos, ese confort de lo que creo conocer, dónde pretendo saber moverme...y luego...esta todo lo demás que tampoco deja de atrapar...

Saludos y un abrazo de muelle chiquito y transoceánico...

:-P

Anca Balaj dijo...

Qué vidorra te pegas!!!!!!!

Blau dijo...

welcome!!!!

Mármara dijo...

La climatología, de mi Tierra, es muy inestable. Es uno de sus encantos. Me gusta lo que piensas de los regresos. Un abrazo.
No, la verdad, aMINÚSCULA, no me puedo quejar de la vidorra que llevo esta temporada, aunque espero y cnfío en que lleguen días aún mejores.
Zenkiu, Blau.

Sandra Sánchez dijo...

madre mía pero qué preciosa es mi Tierrina!
A mí me pasa lo mismo que a ti, te entiendo perfectamente ;)

Lowana dijo...

Sí, pero no se puede olvidar que para hacer bien el amor hay que venir al sur. No lo digo yo; lo dice Rafaela Carrá.

Blasfuemia dijo...

Hay algo estable en el sur: la luz. ;)

Anónimo dijo...

Qué poco dura lo bueno.

:-P

Marigel dijo...

Bienvenida...como yo.

ConchaOlid dijo...

La luz es importante...sí, pero el cambio renueva, despeja, alienta y acompaña en su infinita variedad.
No vivo cerca del mar, no sé valorar en su justa medida, cómo se mece en el alma; pero vivo el monte y el horizonte amplio de un valle castelano. Es la bóbeda celeste la que compartimos y con eso me basta.
(ay madre que me barrunto ñoñaaa)

Mármara dijo...

Y muy fotogénica, también, nuestra Tierrina, Pulga ;)
Aún estoy por comprobar en mis carnes (morenas) esa teoría Lowana. Eso sí, mi mente está abierta y mi actitud es positiva, al respecto.
Querida Blasf, he podido apreciarlo, a lo largo de mi vida. Y no pued decir que no me guste, ¿eh?, sólo que llega a pesarme, tanta estabilidad luminaria, o luminosa.
Sí, querida Ohne, sí, lo bueno siempre dura MUY poquito.
Gracias por la binevenida, Marigel.
Hago mío tu primer párrafo, Conso. Y también la dosis de ñoñoería del segundo, oyes.

ConchaOlid dijo...

Tuyo es.

la cocina de frabisa dijo...

No sabes cómo te comprendo!!
Hoy es para mi primer día después de las vacas y el día tan gris y nublado ha sido un auténtico regalazo.

Nada hay mejor que para un tranquilo recogimiento que la inestable climatología del norte.

Un beso

Jeanne dijo...

Tu tierra me parece el paraíso.
Me gusta al derecho, al revés, vista de frente y desde los lados.

Me gusta tu mar bravo, poderoso, con esas mareas cambiantes que te condicionan la vida. Que dan forma a un paisaje que gira cada 12 horas.

Me gusta la gente de tu tierra.

Me apasiona la comida de tu tierra, adoro el chosco, los quesos, las patatas con cabrales...

Me siento hechizada por las montañas que en pocos metros caen sobre el mar...del cielo a la tierra....a vista de pájaro.

Como decís por allí...
"Me presta Asturias" y no puedo evitarlo.

Mármara dijo...

Güelcome Frab! Cómo me presta verte por aquí de nuevo. Bueno, mejor si estuviéramos las dos de vacaciones, claro, pero bueno, ya llegarán las vacaciones. Y los días de sol, espero.
Gracias por la visita Jeane. "Algo" me dice que eres una enamorada de esta Tierra y, sobre todo, que has disfrutado mucho por aquí. Me encanta cómo describes las peculiaridades de nuestro paisaje. Tal cual.

Adriana Lara dijo...

el clima es inestable porque refleja la naturaleza inestable del corazón humano.

dintel dijo...

La inestabilidad climatológica obliga a la creatividad en el tiempo libre, ¿cierto? ;)

Calvin dijo...

:)

Mármara dijo...

Nunca lo había pensado, Adriana, pero ahora que lo dices... Gracias por la visita, y por el comentario.
La inestabilidad climatológica tiene muchas ventajas, Dintel, la que apuntas también.
Bienvenida, Ms Baggesen. Aprecio, por tu sonrisa, que te ha ido muy bien por esos mundos de Dios en los que has estado.

errante dijo...

pues yo no puedo con el clima vuestro, tan opresivo...

y suscribo lo que dice lowana

(como es obvio y redundante, sólo es una opinión)

Mármara dijo...

Pues, fíjate lo que te digo, no calificaría, yo, a este clima nuestro como opresivo, tal vez pelín puñetero, eso sí.
En cuanto al tema de Rafaella, de que lo compruebe te cuento.

 
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