
Definitivamente, mi liquidámbar se ha quedado sin hojas. Este medio día he recogido tres, de las que aún quedaban en el suelo, y que han ido a parar a los tres libros que tengo al retortero: La noche del oráculo, de Paul Auster; Las Olvidadas, de Ángeles Caso, y La voz dormida, de Dulce Chacón.
Ahora sólo me queda esperar a que vuelva a llenarse de hojas verdes y brillantes. Será en primavera.
1 comentario:
..una y otra vez ¿eh? de la rama al suelo, del suelo a la rama (pasando por las raicillas) que las que juntaste en tus libros tu liquidambar ya no podrá comérselas (aunque algún día los tres libros sean tirados por ahí y las raices de otro se las coma), el ambar es perfumado porque le celebramos sus colores día a día. Salud ambar mío.
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